Texto Todorov
“Los acontecimientos pasados dejan dos clases de huellas: unas, denominadas “mnésicas”, en el espíritu de los seres humanos; otras en el mundo, en forma de hechos materiales: un rastro, un vestigio, una carta, un decreto (también las palabras sonhechos). Estas distintas huellas tienen varios rasgos comunes: primero, constituyen sólo una pequeña parte de los acontecimientos pasados, habiéndose perdido el resto; luego, la elección de la parte restante no es, por regla general, producto de una decisión voluntaria sino de azar o de pulsiones inconscientes en el espíritu del individuo (siendo la excepción precisamente, los tiranos antiguos o modernosque se esfuerzan por controlar estrechamente esta inevitable selección). La erupción del Vesubio, al suprimir la vida en algunas ciudades vecinas al volcán, preservó sus huellas para la eternidad, respetó las demás ciudades y aldeas que, luego, desaparecieron de la memoria. Lo mismo ocurre con los individuos; lo lamentemos o no, no podemos elegir entre recordar u olvidar. Por mucho que hagamospara expulsar ciertos recuerdos, vuelven a obsesionarnos en nuestros insomnios. Los antiguos conocían bien esta imposibilidad de someter la memoria a la voluntad; según Cicerón, Temístocles, célebre por su capacidad de memorizar, se lamentaba: “Recuerdo incluso lo que no quiero recordar, y no puedo olvidar lo que quiero olvidar”.
Si pretendemos, por el contrario, hacer revivir el pasado en elpresente, el trabajo pasará necesariamente por varias etapas. En la práctica, éstas se confunden entre sí o se suceden en desorden; las enumero aquí separadamente por razones de claridad.
Establecimiento de los hechos. Es la base sobre la que deben reposar todas las construcciones ulteriores. Sin este primer paso, ni siquiera es posible hablar de un trabajo sobre el pasado. Antes de hacerse otraspreguntas, es preciso saber ¿de dónde procede el expediente de Dreyfus, y éste traicionó o no? ¿Quién ordenó el fusilamiento en el bosque de Katyn, los alemanes o los rusos? ¿Quiénes estaban destinados a la cámara de gas de Auschwitz, los hombres o los piojos? Por ahí pasa, irreductible, la frontera entre historiadores y fabuladores (…)
Sin embargo, no basta con buscar ese pasado para que seinscriba mecánicamente en el presente. De todos modos, sólo subsisten algunas huellas materiales y psíquicas, de lo que fue: entre los hechos en sí mismos y las huellas que dejan, se desarrolla un proceso de selección que escapa a la voluntad de los individuos. Ahora se añade a ello un segundo proceso de selección, consciente y voluntaria esta: de todos los rastros dejados por el pasado, decidiremosretener y consignar sólo algunos, considerándolos, por una razón u otra, dignos de ser perpetuados. Este trabajo de selección es, necesariamente, secundado por otro, de disposición y, por lo tanto, de jerarquización de los hechos así establecidos; algunos serán puestos de relieve, otros rechazados hacia la periferia (…)
Construcción del sentido. La diferencia entre la primera y la segunda fase enla labor de apropiación del pasado es la diferencia entre la constitución de los archivos y la escritura de la historia propiamente dicha. Una vez establecidos los hechos, hay que interpretarlos, es decir, relacionarlos unos con otros, reconocer las causas y los efectos, establecer los procesos de selección y combinación. Pero el criterio que permite juzgar este trabajo ha cambiado. Mientras quela prueba de verdad (¿se produjeron estos hechos?) permitía separar a los historiadores de los fabuladores, a los testigos de los mitómanos, una nueva prueba permite ahora distinguir a los buenos historiadores de los malos, los testigos notables de los mediocres. El término “verdad” puede servir otra vez aquí, pero siempre que le demos un nuevo sentido: ya no una verdad de adecuación, de...
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