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Eduardo Vergara B.
Director de Asuntos del Sur
http://www.asuntosdelsur.org
No hay vuelta atrás. Tras miles de muertes, aumento en el consumo, gastos desmesurados y violaciones a los derechos humanos, la ola de consensos y reformas a las políticas de demasiado altos. Por un lado, ex Presidentes de derecha como Cesar Gaviriay Vicente Fox y de centro izquierda como Ricardo Lagos y Fernando H. Cardoso junto con organizaciones como el PNUD y la OEA han llegado a consensos que las políticas basadas primordialmente en la prohibición y la represión han generado más efectos negativos que positivos. Por otro lado, países como Colombia, Argentina y Uruguay han demostrado que de menos a más, es posible iniciar procesos dereforma acordes a las realidades de cada país.
Chile tiene que tomar una decisión. Las más de 80 mil detenciones anuales que afectan en un 56% a jóvenes entre 18 y 29 años, que tienen como resultado que el 55% de las mujeres recluidas esté ahí por tráfico o tenencia de drogas y que se centren principalmente en los que menos tienen, hablan de una ley ineficiente y altamente discriminatoria. Sin irmas lejos, el Capellán del Hogar de Cristo recientemente recalcó en la importancia de despenalizar el consumo como forma de reparar. Por otro lado, las metas de reducción de consumo de drogas no se han logrado, llamando la atención especialmente los aumentos en jóvenes entre 12 y 18 años. En paralelo, el crimen organizado (y el no tanto) ha aumentado su disponibilidad de recursos, inclusodemostrando inmunidad a millonarias inversiones en estrategias que han resultado cuestionadas como el Plan Frontera Norte. Hoy, hay más detenciones, mayor consumo (especialmente desinformado) y la inversión de los recursos del Estado en esta materia no ha sido eficiente. Urgen cambios profundos en nuestra política de drogas.
La propuesta de política de drogas presentada por Michelle Bachelet es unpaso. En ella está presente el reconocimiento a consensos internacionales que hablan de la necesidad de un nuevo enfoque en políticas de drogas basado en la salud y no meramente en la seguridad ciudadana. Es necesario avanzar hacia mayor responsabilidad fiscal, fundamentación en la evidencia, la salud y resguardo de los derechos humanos. Según un estudio de Asuntos del Sur/USACH 2013, más del 50% delos jóvenes chilenos entre 18 y 35 años considera las campañas del Gobierno enfocadas en la prevención y rehabilitación del consumo de drogas como negativas mientras un 30% la define como “positiva o totalmente positiva”. La comunidad internacional y la sociedad civil han demostrado su descontento.
La disposición a re evaluar la presencia de la cannabis en la lista uno de drogas es un avanceconcreto en torno a la importancia de la evidencia en la correcta categorización de las drogas. Al mismo tiempo la propuesta permite la creación de un reglamento que separe las cantidades para consumo y microtráfico. Esta medida es positiva al hacer el esfuerzo por separar, pero requiere de una evaluación profunda, altamente técnica, pero por sobre todo que considere la experiencia internacional paraasí evitar efectos indeseados, criminalizando aún más a usuarios, principalmente jóvenes. Las hoy difusas diferencias son causales de detenciones innecesarias que se traducen en un alto gasto, estigmatización y marginación de usuario problemáticos. La clave está en lograr que tanto fuerzas policiales como nuestro sistema de justicia puedan actuar con realismo y eficiencia.
El programacontempla la separación de las faltas de la justicia penal y la descongestión del sistema de justicia penal. Esta separación debe tener como fin que el sistema pueda enfocarse a perseguir a narcotraficantes y no a usuarios. Los llamados por parte de fiscales a avanzar en esta línea abundan. Pero también provienen de la ciudadanía: el 50% de los jóvenes chilenos piensa que la intervención policial y...
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