Textos
Siempre había sido de esa clase de personas con una salida de escapé a dónde fuera. Solía dejar el grifo de la ducha abierto, estaba completamente seguro de que era necesario dejar correr algunas gotas, pero yo creo que simplemente estaba encantado con el sonido que hacían estás justo al caer en el centro de la bañera. ¿Qué por qué lo sé?, es sencillo, sólo hacía falta mirar como se tumbabaen el suelo del cuarto de baño con las rodillas dobladas y los brazos estirados escuchando aquel sonido que podía volver loco a cualquiera. Cuidadoso y atento de sus pertenencias personales, mantenía una actitud un tanto recelosa a la hora de dejar su cepillo de dientes en casa, repetía la misma frase una y otra vez: -“Siento que no estoy preparado para ello, mi antigua ex novia se lo quedó todo”.Sí, a veces sentía ganas de estrujarle como a una gallina, de situar mis manos alrededor de su cuello y decir: -¿Y ahora querido estás preparado? Y que se arrodillará ante mí y dijera: -“Hermosa Afrodita tan sólo provocas vapor en mí y anhelo de tu seno”. Sería una estúpida forma de decir que espera que su amor sea correspondido con el mío, pues yo ya estaba locamente enamorada de él. Medesquiciaba verle estirado en el suelo del lavabo, solía observarle desde fuera y cuando no podía más me acercaba a él, le miraba desde arriba y levantaba la ceja izquierda, él abría los ojos y me miraba, los volvía a cerrar y se movía un poco intentando acomodarse. Me quedaba un segundo observándole. Su fisonomía entera me seducía de los pies a la cabeza, y sin buscarlo me adentraba desde arriba como undios en su interior y excavaba con la mirada y le encontraba. Estaba justo a su lado, formábamos una especie de “T” él estirado y yo de pie, abrí mis piernas y le apoderé dentro de ellas, me agaché y quedé sentada justo a la altura de su sexo; cerré los ojos. Habían pasado unos minutos cuando empecé a notar sus manos en mi piel, tocaba mis muslos con ternura y timidez intentando subir la falda quellevaba, yo seguía con los ojos cerrados y mis manos quietas y a los lados. Me elevaba cada vez que me rozaba, notaba que mi pecho crecía, que mi cuello se estiraba y que mi aliento era cada vez más agitado. Consiguió subir la falda y subió sus manos colocándolas en mi cintura, cada vez me acariciaba con más fuerza y sus dedos se sumergían al entrar en contacto con mi piel; continúe con los ojoscerrados y él también. Continuó subiendo hasta llegar a mi escote arrancándome la camisa que llevaba y así rompiendo cada uno de los botones que en ella había. Acarició mi espalda, mi cuello y mi rostro, mis labios, mis ojos y mi cabello, dejando casi nada por conocer. Volvió a mi cintura y giramos los dos hasta yo quedar de bajo y él encima de mí, abrió mis piernas con tan sólo un roce, era algomagnético. Acercó sus labios a los míos y me besó, con su mano izquierda se engancho a mi pelo, con su mano derecha y su sexo me violó y rasgo mis entrañas. Abrimos los ojos; olía a sexo y a amor desenfrenado. Caímos en un sueño profundo del cual nunca más volvimos a despertar. Habíamos muerto y yo sólo era Afrodita en el olvido y él mi joven dios del Olimpo, sin identidad más que la de su propioser.
II
Cuando creemos que todo acabado, casi siempre no es así, es una pausa para dar paso a lo nuevo, para creer de nuevo y para guardar y cuidar todo aquello que dimos por perdido. A veces cuando creemos que algo ha acabado, me doy cuenta de que no es así, que buscando desde dentro lo encontramos, nada acabó, es una pausa con continuidad. Dicen que ante las ganas de olvido por parte deuna persona, no se puede luchar. Pero cuando sientes con pureza que cada uno de tus sentimientos son buenos y verdaderos no puedes hablar de olvido, no puedes dejar de luchar, pero con el solo objetivo de que la llama de todo aquello que sientes persista aunque sea en tu interior, en la libertad de los recuerdos. ¿Cuándo empieza lo nuevo y cuándo acaba lo viejo? Al final todo se convierte en un...
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