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número de posibles intervalos subsecuentes y uno de ellos es seis meses y este del día 20, ocurre
seis meses después del anterior”, asegura Breen Murray.
Para el investigador, los autores delmonumental monolito grabado tenían por costumbre seguir la ruta
de la luna y estos ciclos de 148, es decir, cinco meses o 177, seis meses aparecen en el Códice
Dresde de los Mayas.
La roca muestra 207rayas en una compleja cuadrícula de 24 celdas formada por seis líneas
horizontales y cuatro verticales.
Para Murray, la composición en al roca difícilmente evoca una representación al azar y tampocopoco
puede ser una cuenta de animales tomados en cacería.
“La evidencia del grabado en Presa de la Mula puede ser fácilmente descartada como un accidente
estadístico”, escribe Breen Murray.
Elcatedrático considera que los grupos de cazadores recolectores sabían muy bien que la Luna llena
estimula la conducta de procreación del venado, ya que son animales que se mantienen activos
durante lanoche.
“El conteo de la piedra se relaciona con el periodo de gestación, pero es posible que sucediera un
eclipse durante la época de brama y que haya sido tomado en cuenta por considerar quellegaría a
afectar la cría del venado”, sostiene.
“Esta evidencia que enlaza las cuentas del petrograbado con el contexto mesoamericano parece muy
clara, sin embargo choca con nuestra valuaciónarqueológica actual de las culturas nómadas del
norte de México”, advierte.
“Si se acepta esta correlación lunar, podrían inferirse tres facetas de observación astronómica que
evidencia una relación con lanumeración calendárica mesoamericana.
Para explicar los datos de la roca, el maestro universitario sostiene que ésta tiene que ser analizada
con detenimiento.
“Los meses lunares se registran con untotal diferente de días, oscilando entre 27 y 30 días”.
Presa de la Mula con sus petrograbados enciende la imaginación, produce admiración y respeto y
además plantea interrogantes acerca de los...