The Love of a Clown and a Shinigami
Chapter 1 - The Clown meets the Shinigami
Me encontraba en una mañana fría de invierno. Un precioso, a la vez que desolador paraje nevado, era el que divisaban mis ojos... Hacía frío, muchísimo frío... De hecho, hacía tanto frío que incluso pequeñas estalactitas colgaban de los pétalos de las infinitas rosas que me rodeaban. ¿Y qué hacía yo ahí,tirado en aquel desierto de nieve, sin mayor ropaje que unos pantalones deshilachados de color azul marino, y una camiseta del mismo estilo, aunque de un azul algo más claro? Pues, para ser sincero... No tenía ni la menor idea.
Fue entonces, aún por extraño que pudiera parecer, cuando un gran escalofrío me recorrió la espalda por primera vez. Instantes después, un curioso olor a coco se paseaba pormi nariz... ¿Coco, en un lugar como ese? Tan inverosímil me pareció la situación, que no dudé en levantarme enseguida, como buenamente podía, sólo para encontrarme con la nada absoluta, únicamente las rosas que inundaban aquel paisaje cubierto de blanca nieve, que aún seguía cayendo. ¡Pero el olor a coco seguía bajo mis orificios nasales, y de algún lugar debía de proceder! Entonces, en lalejanía, divisé un enorme árbol que destacaba sobre aquél gigantesco páramo. Y, más dudoso que decidido, me aventuré a ir hacia aquel tan llamativo tronco de madera con hojas recubiertas de copos de nieve, que tanto me llamaba la atención. Curiosa fue mi sorpresa al darme cuenta, paso tras paso, que cuanto más me acercaba hacia el árbol, más fuerte se volvía aquel aroma a coco. Que por otra parte, ¿cómoera posible que pudiera llegar ese olor desde tan lejos?
Todas aquellas cavilaciones se esfumaron en cuanto vi algo que me obligó a pararme en seco. Justo cuando estaba a punto de alcanzar al ya aparentemente anciano árbol, pude observar cómo un pie sobresalía por un lado del majestuoso tronco. Era un pie pequeño, o al menos lo era más que el mío. ¿Acaso no estaba sólo en aquel lugar? ¿Quiénmás podría encontrarse en un escenario como ese? Lentamente, sin prisa alguna, reanudé la marcha, sereno, pues desconocía por completo qué sorpresa me podía aguardar.
Cuando los pasos que me distanciaban de aquel pie ya eran escasos, rápidamente se esfumó de mi vista. ¿Me había oído, y se estaba escondiendo, fuera quien fuese aquella persona? ¿Y por qué? Sin perder el sigilo del que había hechogala los últimos minutos, me coloqué con mucho cuidado en el lado contrario del que suponía que se encontraba aquella otra persona, bien pegado, intentando oír algo. Desilusionado me hallé cuando lo único que era capaz de captar era el sonido del viento moverse, y cómo no, el olor a coco, más fuerte que nunca.
Entonces, reuniendo todo el valor que pude, pues era bastante miedoso, me propuse eldesafío de finalmente averiguar quién era el que se escondía tras el árbol, y todo lo rápido que pude me coloqué en la parte trasera para, encontrarme nada más y nada menos que... Con nada. Escéptico. Era la única palabra que podía describirme tras toparme conque la nada absoluta era lo único que me aguardaba tras aquel árbol. Pero era imposible, ¡debía haber algo más, el olor a coco seguía allí!Fue en ese momento cuando mis orejas escucharon lo que parecía ser una pequeña risa... Femenina. Más desconcertado aún si cabe, y con la misma velocidad de antes, volví a la parte del árbol de la que procedía, para encontrarme una vez más con la nada absoluta. Y con las rosas, no nos olvidemos de ellas. ¡Aquello no tenía ningún sentido, miraras como lo miraras! Y una vez más, aquella pequeña risa...Mis pies empezaron a caminar rápidamente, alrededor del gran tronco, claro está. Curioso era que, al mismo tiempo que había aumentando el ritmo de la marcha, aquella pequeña risa se iba tornando más fuerte. Mi ligera caminata se iba convirtiendo rápidamente en una carrera en toda regla, y al igual que antes, esa risa también se transformaba, en este caso, en una carcajada. ¿Qué diablos...
Regístrate para leer el documento completo.