The soulbook, por danilo orellana

THE SOULBOOK

Cogió su carpeta de cartón tipo Halifax y repaso fugazmente el expediente por última vez. Ahí estaban, 1768 páginas –llamadas fojas en su profesión- de papel original de celulosa, un resabio nostálgico pero culpable de la época ahora conocida como posmodernismo salvaje, el legado cruento de la matanza de billones de especies arbóreas para contener un simple respaldo, algo ahorainimaginable, en la óptica bio-centrista subyacente en todas las de decisiones del hombre actual.
Una fotografía –también de papel de origen orgánico- añadida toscamente en la “foja” 538 mediante algo que llamaban scotch, según recordaba, dejaba ver la triste pero enigmática imagen de un joven de unos 25 años, tez pálida, pómulos y cejas sobresalientes. La desgastada representación aun permitíaver pequeños detalles como el cabello obscuro devenido a la calvicie de manera elegante y su despreocupado peinado, que quizás en alguna temporada habría resultado fashion.
Mientras sus dedos trataban infantilmente de despegar el retrato torpemente adherido a la hoja, sus ojos repasaron algo que no se señalaba en el parte policiaco, una de las mangas del ceñido traje obscuro a rayas, seguramentede una línea clásica de Armani o similar, se encontraba ligeramente descocida en la parte que se conecta al hombro, cosa que no podía ser más que la señal de forcejeo brusco, detalle que utilizaría en un futuro para demostrar su teoría del caso.
En la relación de los hechos elaborada por el funcionario policial,- un tal Carlos Urra T. Sargento Primero, Primera Comisaría de la ciudad - solo seindicaba que el “sujeto” había sido ingresado a la unidad policial en aparente estado de intemperancia etílica, que no poseía identificación alguna, y que a las preguntas dirigidas había contestado con respuestas hilarantes, inconexas en un extraño acento, parecido al chileno pero no igual del todo, algo más “arreglado” agregaba, en una clara señal de la medianidad del Coeficiente intelectual delredactor.
Quedaba poco tiempo, realizó una de sus clásicas introspecciones, mirando los brillantes pero vacuos ojos del sujeto de la fotografía, imaginando como una persona de provecho para esta sociedad, puede terminar sus días viviendo en situación de calle, por y para el alcohol, causa de su problema y el de la mayoría de los problemas desde la legalización General de Alcoholes, reimplantadasolo hace un par de meses, medida que lo traia nuevamente de visita por los Tribunales de La nación, luego de que se retirase por stress leve, que al final se solucionó con terapia de ficción musical, y el ya recurrido “paisajes del mundo”, tema sobradamente recurrido en THE SOULBOOK.
Su mente viajaba rápido últimamente, pero más allá de lo considerado “útil” como siempre le decía su asistentepersonal, una simpática mozuela de no mas de 20 años, bien parecida y con personalidad real, algo muy apetecido desde que comenzó a usarse ciber-substitutos, en labores de oficina. Evocar la imagen de la joven terminó por distraerlo los 4 minutos que quedaban para el inicio de la audiencia. Debía aprovechar el tiempo y perfeccionar el mapa espacio-temporal en que debían haber ocurrido los hechos, aúnquedaban lagunas sobre pequeños peldaños en su investigación que no alcanzó a completar, debía conseguir más tiempo.
Era menester cuadrar las fechas, en la época del accidente aún existía la posibilidad de conducir un automóvil y otros vehículos de movimiento no obstante haber consumido bebidas espirituosas, algo impensable hoy con el centenar de controles orgánicos impuestos por la IHPV (Dela sigla en inglés para: International Human Powered Vehicles Association – (Trad. Es.: Asociación Internacional de Vehículos de Propulsión Humana). Se imaginaba a si mismo tratando de conducir ebrio, pero solo podía ser eso, dado que en la realidad al solo subir al automóvil los sensores bio-cautelares del manubrio, filtro de aire y central; detectarían presencia de niveles de alcohol no...