The time

Hoy es el último día que veré a mamá.
Será genial. Estar con ella, abrazarle y volverle a ver de nuevo.
Le echaba de menos y sé que volveré a hacerlo.

Todo por culpa de aquel maldito accidente, el accidente que nos separó. Nos separó para siempre.

Me acuerdo de cómo sucedió todo.

Volvíamos de la playa, como cada verano.
Papá conducía, yo iba detrás y mamá delante, en el asiento delcopiloto.
Las drogas, las drogas y el alcohol provocaron que aquel coche se nos estampase a más de cincuenta kilómetros por hora.
Íbamos tan tranquilos. Charlando, escuchando música en la radio, como cualquiera de vuelta a casa en coche.

Repentinamente y sin que pudiésemos reaccionar, un coche vino hacia nosotros por la derecha, y sí, se nos llevó por delante.
Gracias a Dios que los Airbagsdel coche habían salido nada más un coche se puso en contacto con otro.
Ya era tarde, todo había pasado muy deprisa.
Ya estábamos en el hospital.

A la mañana siguiente teníamos colegio.
Siempre he odiado las clase, siempre lo he hecho, porque siendo un marginado, nadie desea que lleguen esas horas en las que la gente se ríe de ti, es decir, su única diversión eres tú.
Es lo peor que lepuede pasar a alguien. Se burlan de ti, te insultan, y tú, lo único que te apetece hacer, es morirte.
Siempre me he sentido marginado, olvidado por los demás, como un estorbo.

Un estorbo que todos quieren esquivar.

Esas comidas en las que lo único que les hacía sentir importantes era lanzarme comida, hacerme caer al suelo y que mi bandeja lo hiciese conmigo.

Llegar a casa todos los días ytener que decirle a papá que todo había ido bien. Todo por no preocuparle. Él ya tenía suficiente con su trabajo como para preocuparse por su hijo.

Eso sí, por las notas no podía quejarse, mis notas no bajaban del 9, eran buenas. Una de las ventajas de ser como era yo, un marginado.

Me encantaba escribir, era lo que mejor se me daba. Expresarme escribiendo, reflejar mis sentimientos en loscuentos que escribía… El bolígrafo era uno de mis mejores amigos. Solo pocos más como yo querían estar conmigo.

Mamá decía que en la vida podría expresar mis sentimientos a aquel enorme mundo en el que yo era un mínimo ser insignificante.
Un ser que no merecía nada de eso, nada de lo que le había sucedido. Siempre he pensado que mi vida había sido injusta, alguien debía habérmela cambiado.Aquello no me pertenecía, no era mío.

Nunca había dejado de pensar que el ser tolerante es importante, sí, pero al final, tanta tolerancia no puede haber.
Cansaba que aquella muchedumbre estuviese a todas horas haciéndome la vida imposible. Resultaba complicado ser tolerante ante aquellas lluvias de insultos y burlas que te caían encima sin darte cuenta cada vez que te los encontrabas por todos ycada uno de los pasillos de aquel aburrido instituto.

Nunca había descartado la opción de decir adiós a la vida, de irme para siempre, de suicidarme.

¿Para qué? ¿Para qué continuar? ¿Con qué fin?

Ya nada tenía sentido. Mamá no estaba, papá trabajaba a todas horas, estaba más que solo en la vida.

Toda nuestra casa estaba llena de fotos de mamá. No hemos vuelto a saber nada de ella. Desdeque aquello nos separó y se fue del hospital sin avisar, no hemos parado de buscarle y de momento no sabíamos ni una noticia de ella.

Dos días después nos entraron ladrones a robar en casa, se llevaron cosas muy preciadas por mamá, y por supuesto, fotos de ella.

No pude conciliar el sueño desde aquel día, ni papá ni yo.

Vivíamos en un mundo de incertidumbre, ¿qué habría pasado con mamá?¿Por qué todo nos sucedía a nosotros?

Esperaba que nuestra suerte cambiase de rumbo. Nada bueno nos había pasado hasta el momento.

Y luego siempre está esa chica, esa chica que cuando le ves te sale una sonrisa como un tonto, esa por la que darías la vida, por la que eres capaz de darlo todo por pasar un segundo a su lado.
Y ese sentimiento que hace que el alma salga de ese escondrijo...