Thirty nine steps

THE THIRTY-NINE STEPS

1. Un hombre en peligro
Nací en Escocia, pero cuando tenía seis años, mi familia marchó del país y emigró a Rodesia (ahora llamada Zimbadwe). Crecí en Bulawayo, la capital del nuevo país, y más tarde serví como oficial de inteligencia al ejército británico en la Guerra Boer en Sudáfrica. En 1914, cuando tenía 37 años, había hecho mucho dinero. Cuando todavía estabasoltero, decidií ver un poco de mundo y empecé por volver a Gran Bretaña. Cuando comienza mi historia, sólo llevaba viviendo en Londres unos meses, pero estaba buscándome la vida en la ciudad muy aburrido comparado con mi vida en Rodesia. Incluso estaba considerando coger un trabajo en Grecia o quizás ir a Albania. Pensaba que la vida allí podría ser más excitante que la vida en Gran Bretaña.
Unatarde de mayo, sobre las diez, estaba volviendo de cenar en mi club y pensando en los rumores que había oído allí. Durante semanas, los periódicos llevaban hablando de la posibilidad de que la guerra entre Gran Bretaña y Alemania se podría extender al resto de Europa. Cuando ponía mi llave en la cerradura de mi piso en Portland Place, mi futuro parecía bastante incierto. Estaba tan absorto en mispensamientos que me sobresalté cuando oí a alguien decir mi nombre.
Mr Hannay -dijo alguien por detrás-. Necesito tu ayuda. ¿Puedo entrar?
Sorprendido, me giré y vi a Scudder, un corresponsal de guerra americano que vivía en un piso en lo alto de mi edificio. Sólo había hablado con él una o dos veces cuando nos encontrábamos en las escaleras y no lo conocía mucho, pero él parecía muy nervioso ymiraba continuamente la entrada del edificio, como si tuviera miedo. Yo también me di cuenta de que sus manos estaban temblando ligeramente. Yo tenía curiosidad por saber lo qué le preocupaba y decidí dejarle entrar en mi piso.
Es tarde, pero entra -dije.
Scudder parecía un poco menos nervioso después de que cerré la puerta. Me siguió hacia el salón de mi piso.
¿Cuál es el problema, Scudder?-pregunté.
He fingido mi propio suicidio, Hannay -dijo-. Necesito que todos crean que estoy muerto, durante unas semanas.
Cuéntame lo qué ha sucedido -dije. Cogiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno a Scudder, mientras me sentaba para escuchar.
Yo no estaba seguro de creerme la historia que me contó, pero parecía posible cuando todo el mundo estaba hablando de la probabilidad de guerra en Europa.Scudder era el corresponsal de guerra en Europa para un grupo de periódicos americanos. Tenían sus oficinas europeas en Londres, así que él tenía un piso en mi edificio.
En el curso de su trabajo, Scudder había descubierto un complot anarquista para asesinar al líder griego, Karolides, cuando vino a Londres el 15 de junio. Ellos no pudieron asesinarlo en su propio país porque tenía varios hombressobreprotegiéndole.
Karolides es el único líder de Europa que tiene la única posibilidad de impedir la guerra -dijo Scudder-. Los anarquistas están planeando desestabilizar Europa y involucrar a Gran Bretaña en una guerra entre Alemania y Rusia. Yo conseguí pruebas finasles de sus planes cuando estaba en París hace diez días. Los anarquistas empezaron a sospechar que yo sabía su plan eintentaron seguirme de vuelta a Londres. Viajé por toda Europa para intentar escapar de ellos. Dejé París disfrazado de un joven canadiense francés y luego navegué desde Hamburgo disfrazado como mercader de diamantes. Al final llegué a Londres vestido de mercader de papel. Pensaba que ellos no habrían podido seguirme, pero ayer, cuando estaba listo para marchar, me di cuenta de que un hombre estabavigilando el edifico. Supe que el hombre era uno de los anarquistas. Más tarde, me quedé aterrorizado cuando encontré una tarjeta de visita de su líder en mi buzón. Así fue cuando decidía que tenía que fingir mi propio suicidio.
Scudder había fingido su suicidio usando el cuerpo de un hombre sin techo que era de la misma estatura y cuyo pelo era del mismo color que el suyo. Scudder había sobornado a...