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Conviene aclarar y establecer la diferencia existente ente ocio y tiempo libre ya que son dos conceptos semánticamente muy relacionados, pero no idénticos. Según Ispizua y Monteagudo (1998: 234) “el concepto de tiempo libre hace referencia a la existencia de una determinada cantidad de tiempo, generalmente ajena a las obligaciones laborales, sociales o de otro tipo, y queconstituye en potencia, un tiempo para el ejercicio de la expresión y libertad personal. Disponer de tiempo libre no significa necesariamente disfrutar de ocio […] El ocio supone llenar de sentido personal y/o social al tiempo libre a través de una acción libremente elegida y que no persigue fines utilitarios, sino que se lleva a cabo como fin en sí misma”. En definitiva, no todo tiempo libreconstituye ocio, más el tiempo libre es condición sine qua non para que podamos disfrutar de ocio.
El fenómeno del ocio-turístico es propio y característico de las llamadas
sociedades avanzadas (Sousa, 1994), en las que multitud de “viajeros” consumen significados, programan, imaginan y practican repetidamente sus vacaciones y excursiones año tras año.
El turismo como forma de ocio, se ha convertidoen un componente fundamental de las personas en su vida cotidiana, a lo largo de todo el ciclo vital, por su relevancia social e individual (Aguiló, 1996).
La actual caracterización del ocio como fenómeno central en la vida cotidiana de las personas y grupos sociales generó una atención creciente por parte de la sociología contemporánea a esta realidad cada vez más universal.
El ocio no sólono es ya privilegio y exclusividad de unos pocos ni depende únicamente de la iniciativa individual, sino que hoy en día constituye un derecho social que las administraciones deben de proteger y fomentar. Esta consolidación de la denominada por algunos como Dumazedier (1964) sociedad o civilización del ocio (también VV. AA., 1968) tiene mucho que ver con el incremento del tiempo libre disponible debuena parte de la población debido a, entre otras causas, las transformaciones tecnológicas en el trabajo, la inserción laboral tardía y las jubilaciones anticipadas, así como la existencia de una mayor esperanza de vida asociada a las mejoras en la calidad de vida en general.
Junto a esta expansión en el tiempo libre algunos elementos significativos que han coadyuvado a consolidar la atenciónque se le va a prestar al ocio por parte de la sociología contemporánea residen en su importancia como factor económico y político; en el cambio (en positivo) en su consideración sociocultural; y en las múltiples formas en que éste puede expresarse. Es habitual resaltar la importancia de un fenómeno por la repercusión económica que éste tiene.
Si a la trascendencia que supone que buena parte delas actividades de ocio estén vinculadas a la esfera económica, le sumamos la consideración y el reconocimiento político que se le da al tiempo libre como derecho social y como espacio potencial para el disfrute del ocio, estamos hablando ya de dos grandes pilares institucionales que prestigian significativamente al ocio.
El ocio contemporáneo es definido y redefinido constantemente, mas siemprecomo reflejo de un contexto social donde “los avances del bienestar y del tiempo libre han propiciado cambios importantes en el sistema de valores sociales de tal manera que el ocio en tanto que diversión, descanso y cultivo de la personalidad ha desplazado, al menos, parcialmente, a un sentido del trabajo como esfuerzo y rutina alienadora” (García Ferrando, Álvarez Sousa, y Latiesa, 2007: 243).Sin embargo, no conviene olvidar que esta dimensión personal y subjetiva del ocio (Neulinger, 1980; Iso-Ahola, 1980) se complementa con la influencia del contexto social, especialmente en lo que se refiere a los condicionantes socioeconómicos que limitan ciertas prácticas de ocio. Dentro de esta nueva concepción contemporánea del ocio existe la tendencia a resaltar sus beneficios en el ámbito de...
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