Tiempo De Amor

Tiempo de amor
Anne Hampson

Protagonistas: Dirk Morgan y Melina Kostalos
Para Dirk la mujer no dejaba de ser un objeto de placer.
A unque había pasado toda su v ida en Grecia, Melina Kostalos no era
t otalmente g riega... y no podía soportar que le im pusieran un ma trimonio de
c onveniencia.
S e había escapado de su casa cuando, por casualidad, conoció al inglés Dirk
M organ y seenteró de que él es taba buscando una esposa, requisito
i ndispensable p ara poder cobrar una herencia. Él confesaba ser un
m ujeriego y, como no tenía la menor intención de cambiar de modo de vida,
d eseaba una mujer que le dejara hacer lo que quisiera.
A p esar de todo,Melina y Dirk se casaron,pero,¿obtuvieron con ello lo que
e speraban?

ELLA había escapado... de su padre y su autoridad y delapuesto joven griego que su
progenitor le había elegido pa ra esposo y al que ella no conocía.
Allí se encontraban todos: su padre y la tía Agni, Phivos y sus parientes, discutiendo su dote
mientras que ella, Melina, se hallaba sola en la habitación contigua... ¡o al menos debía

estar allí! esperando la decisión de los padres de Phivos. Si todos quedaban satisfechos,
entonces su padre iríaa buscarla, con la intención de presentarle a su futuro esposo.
¡Qué sorpresa se llevarían! Sin embargo, la satisfacción le duró poco a Melina; había
escapado de ellos, pero, ¿adónde iría?
Un viaje en autocar que le costó seis dracmas la llevó desde la casa de su padre rodeada de
flores, situada en un pueblo de las afueras de Atenas, hasta la Acrópolis, donde se
encontraba ahora sentada enuno de los escalones de la base del Partenón, el edificio más
impresionante y famoso del mundo.
Tenía las rodillas juntas y su barbilla descansaba sobre sus manos. Miraba sin prestar
atención al grupo de personas que hacían fotografías mientras escuchaban maravillados el
relato del guía.
Nadie prestó la menor atención a Melina, sentada allí pensando en su desgracia sin que la
molestaran. ¿Quéharía? En cierta forma su objetivo era llegar a Inglaterra. Su madre había
sido inglesa... ése era el motivo por el que ella hablaba tan bien inglés.
Inglaterra y la libertad. ¡Si alguna vez lograba llegar allí cómo se divertiría! Después de la
represión por la que había pasado a partir de la muerte de su madre, consideraba que debía
seguir adelante y probar. Lanzando un profundo suspiro sellevó una mano al bolsillo de la
falda. Trescientas dracmas... algo menos de cuatro libras esterlinas.
De repente le dio un fuerte dolor de estómago,sentía deseos de vomitar.Temblaba cuando se
levantó.
—Siéntese un momento —le suplicó una agradable voz masculina y cuando Melina alzó la
vista vio a un joven que la enfocaba con su cámara... o al menos así le pareció—. Me ayudará
a obtener unamejor perspectiva.
Se dio cuenta de que estaba fotografiando el templo.
—No pue... puedo —se llevó una mano a la boca—. ¡Voy a... vomitar!
—¡Qué desagradable! comentó otra voz, y mientras ella se alejaba le dijo al hombre—: Mejor
deja la fotografía para otro momento, Charles.
—No... espérate, Dirk... la chica se siente mal...
—Querido Charles. ¡No de nuevo! Dondequiera que vas parecesencontrarte una jovencita con
problemas. Vamos, la foto puede esperar.
—Quizá, pero la joven... —la observó preocupado—. Quiero decir, ¿de veras que va a...?
Oiga, ¿se siente muy mal?
Melina hizo un movimiento afirmativo con la cabeza, mirando con indignación a Dirk, quien era
obvio que deseaba irse.
—Oh —gimió ella—. Sí, me siento muy mal —se tambaleó y Charles la cogió de un brazo.
—Ahí está lapuerta con el anuncio —le dijo mientras lo señalaba con una mano. Dirk frunció el
ceño. Era evidente que aumentaba su irritación ante el interés, de su amigo por Melina.
—¿La puerta con el anuncio...? —le preguntó mirando hacia donde le indicaba.
—Es la puerta que tiene pintada una mujer —le aclaró Charles.
—¡Ah! —Melina comprendió y asintió con la cabeza—. Sí, yo... —se detuvo y miró a...