Johanna Riemenschneider, una adolescente alemana común y corriente, quien descubre, en un viaje de estudio a Israel, una parte oculta de su pasado. La protagonista,que no sólo ha heredado el nombre de su abuela sino también la prosperidad que le brinda a su familia la Casa de Modas Riemenschneider, conoce, durante la excursiónescolar, a Meta Levin, una judía contemporánea de sus abuelos, y ese encuentro resquebrajará el mundo infantil de sus afectos incondicionales, para dar paso asentimientos de culpa, en un entorno familiar en el que a nadie parece interesarle remover cenizas.A manera de metáfora, la novela de Pressler da vueltas, desde laperspectiva personal de Johanna, en torno a esa culpa o pecado original, presente en la sociedad alemana. Así, mientras se desencadenan en esa adolescente preguntas sobre losorígenes de su herencia y sobre el papel que desempeñaron los adultos más entrañables en uno de los capítulos más terribles de la historia reciente, la autora vatejiendo la complejidad de matices, de versiones encontradas y de secretos a voces que constituyen una historia, a la vez privada y pública y que marcan para Johanna elfinal abrupto de la infancia, como sucede en las novelas de crecimiento. Tal vez porque aún no se han removido todas las cenizas del holocausto nazi, la novela no tieneun final feliz. Como si se negara a dar soluciones tranquilizadoras, la autora se limita a contar esas historias dentro de La Historia y a escudriñar lossentimientos recónditos, no sólo de Johanna, sino de todo un pueblo que todavía se pregunta, como ella, por qué debe culparse de algo que sucedió hace mucho, mucho tiempo.
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