tiempo muerto

 La historia de un negro no le interesa a nadie, y menos si es un viejo que nada notable ha hecho en su vida. Solo a ti se te ocurre escucharme. Por eso te cuento lo que me pides. Pero de nada va a servir lo que te diga. Porque de nosotros lo único que ha interesado siempre es nuestro trabajo. Después más nada. Y, a cambio, nos han devuelto mucho rechazo, mucho desprecio por ser negros. Todocomenzó en el muelle de San Pedro de Macorís el dia en que llegamos a este país, fue un domingo por la tarde. Había mucha gente mirándonos tal vez esperando la llegada de algún familiar, la verdad ninguno de nosotros teníamos quien nos esperara. A un negro solo lo esperaba el trabajo.
Fue en ese muelle donde sentí por primera vez el olor que siempre hay en los ingenios. Allí iba a parar elazúcar, el melao y todo lo que se sacaba de la caña. Y hay también se quedaba pululando infinitamente el olor con mezcla de amargura y del sudor de los trabajadores. Algo te puedo decir y afirmar: a nosotros, lo que veníamos de otra tierras con el paso de los años, solo nos ha quedado ese olor edificado en el recuerdo. Es como si fuera el olor del dolor. Imagínate, cuando no lo tenemos en olfatoaparece en la memoria. Porque el guarapo de la caña, el melao del que se hace el azúcar, es así, penetrante. Al llegar, teníamos tres días de retraso. En la goleta, lo recuerdo como ahora veníamos setenta y nueve hombres y cuatro mujeres. Ochenta y tres en total, todos negros fuertes, en edad de trabajar. La mayoría numerosos equipaje, el mío no, el mío era escaso; apenas tres muda ropa. Porque yosiempre pensé en volver. Antes de que la goleta llegara al muelle, alcanzamos a ver el caserio. Es la ciudad dijo el capitán. El poblado estaba sentado a la orilla del mar.
El capitán de la goleta era un hombre extraño. Hablaba estrictamente lo imprescindible, como si las palabras se le hubieran ahogado en las profundidades del mar Caribe. Lo demostró cuando nos dijo ese es san pedro demacoris. Solo eso dijo. No dio mas explicaciones. Total, para nosotros daba lo mismo. Se trataba de una ciudad tan pequeña que de una sola mirada se atrabesava por completo. Mas alla de la pequeña ciudad se divisaban tres enormes chorros de un humo negro. El humo era la muestra ineludible de lo que el dijo a seguidas: ya comenzó la zafra. ¡Por fin termino el tiempo muerto! Despues, cuando me oriente,supe que se trataba de los ingenios colon, santa fe y porvenir.
El desembarco nos había llenado de felicidad, arribábamos al fin de una travesia difícil. La goleta se arrimo lo mas que pudo al muelle. De ahí nos pasaban a una embarcación pequeña, una yolita, que nos ponía en tierra firme. Yo siempre había visto las goletas desde lejos. Pero nunca llegue a viajar en ellas. Ni siquiera fui de en ellasde Nevis a St. Kitts, pues esa ruta se hacia en pequeñas yolas. Desde ese tiempo soñaba con hacer un viaje lejos en una de esas embarcaciones. Cuando vine a este país fue la primera y única vez que me subi en una para hacer un recorrido tan largo.
Desde la goleta, la ciudad de san pedro de macoris se veía triste como las que habíamos dejado en nuestras islas. Prácticamente parecíamos momiasnegras. Fueron onces días comiendo mal y durmiendo peor. Nos demoramos mucho para llegar el mal comer nos no mato porque eramos negros y el negro pasa tanta hambre durante toda su vida que puede morir sin comer; pero no muere de hambre. Por eso la llegada nos alegro tanto aunque la ciudad se veía triste. Mientra desembarcaba me di cuenta que dijero algo sobre mi por el tono deduje que no era agradableyo solo entendí la palabra “cocolo”. Esa palabra andava de boca en boca por toda Nevis, pero aquí fue la primera vez que la escuche pronuciada por un nativo. Al oírla me sonreí porque me pareció graciosa, aunque el tono no lo fuera. Eso hacia que me sintiera mas idiota de la cuenta.
Después del chequeo nos iban dividiendo. Hacían operaciones matematicas con nosotros. Hicieron cuatro grupos y...