tiempo muerto
La historia de un negro no le interesa a nadie. Y menos si es un viejo que nada notable ha hecho en su vida. Solo a ti se te ocurre escucharme. Se que lo haces porque me quieres mucho. Por eso te cuento lo que me pides. Pero de nada va a servir lo que te diga. Porque de nosotros lo único que ha interesado siempre es nuestrotrabajo. Despues, mas nada. Y a cambio, nos han devuelto mucho mas rechazo, mucho desprecio por ser negros.
En este país todo empezó en el muelle de San Pedro de Macoris el dia que llegamos. Fue un domingo por la tarde,había muchas personas mirándonos, nos dijeron que estaban ahí porque era su dia de descanso. Nos miraban fijamente, con curiosidad porque tal vez esperaban la llegada noanunciada de algún familiar. O quizás solo pretendían encontrarse con algún conocido para tener noticias de algunos amigos y familiares que dejaron en la isla y de los cuales nunca volvieron a saber. Realmente ninguno de nosotros tenia a alguien que nos esperaba en aquella isla.
A un negro que solo llega en busca de mejorar su destino únicamente lo espera solo el trabajo, mas nadie, y solocuenta con la suerte que lo acompaña.
En aquel muelle fue donde por primera vez sentí el olor que siempre hay en los ingenios, allí iba a parar el azúcar, el melao y todo lo que se sacaba de la caña. Alli se quedaba abundando infinitamente un intenso olor con mezcla de amargura y del sudor de los trabajadores, algo te puedo afirmar: nosotros, los que venimos de otras tierras, con el paso delos años, solo nos ha quedado el olor edificado en el recuerdo. Es como si fuera el olor del dolor, el mismo olor que me recibió el dia que llegue aquí a Saint Kitts, me ha penetrado tanto que se ha quedado clavado dentro de mi por el resto de mi vida. Imagina que cuando no lo tenemos en el olfato nos aparece en la memoria. Porque el guarapo de la caña, el melao del que se hace la azúcar, es asi,tan penetrante.
Cuando llegamos, ya teníamos tres días de retrazo, las goletas mar adentro, no tenían alguna forma de enviar un mensaje de lo que sucedia. Ademas a bordo del barco no venia ninguna persona de importancia. Era el mismo sistema que nos acongojaba desde hace mas de cuatro siglos y sobre el mismo mar Caribe. Con el paso de los años solo había cambiado la forma de cargar a losnegros. Al final todo seguía siento lo mismo: negocios, ganancias, generar riquezas a través de nuestra fuerza. Aquella gente que estaba en el muelle mirándonos desembarcar asistia, mas bien, a uno de los escasísimos modos que tenían de dispersar la mente en el único tiempo libre de toda la semana. Esa era la otra manera de revivir su llegada, de renovarla, de comenzar de nuevo para olvidar elcansancio.
En la goleta, lo recuerdo como si fuera ahora, veníamos 79 hombres y 4 mujeres, en total éramos 83 personas. Todos eramos negros fuertes en edad de trabajar, la mayoría traia mucho equipaje: cachivaches que servirían para hacer una nueva vida. El mio no, el mio era muy escaso: apenas tres mudas de ropa. Porque yo siempre pensaba en volver algún dia. Los que traian sus mundanzasaparatosas llegaban para quedarse. Pero yo pensaba en que volveria uno o dos años después. Ademas que otra cosa iba a traer si esas piezas de ropa era las única que yo tenia.
Antes del que el barco llegara al muelle, alcanzamos a ver el caserio. Es la ciudad, dijo el capitán. El pueblo estaba sentado a la orilla del mar, cualquiera diría que dormitaba, parecía que tenían siglos aguardandopor nosotros, tenia una quietud tan grande que ni los arboles se movían.
El capitán del barco era un hombre extraño, hablaba estrictamente lo imprescindible, como si las palabras se le hubieran ahogado en las profundidades del mar, no los demostró cuando tuvimos que adivinar su nombre. Es San Pedro de Macoris, solo eso dijo. No dio mas explicaciones, total para nosotros daba lo mismo,...
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