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El conflicto armado, en el universo de su actual desarrollo y complejidad, genera cierto tipo de manifestaciones en el conjunto del tejido social que colocan a cada individuo en unas condiciones de total indefensión disminuyendo sus expectativas de vida y rompiendo las redesde solidaridad que le dan sentido a la convivencia. Las situaciones de tensión generadas por este fenómeno, afecta la confianza de las relaciones entre las personas, produce en ellas acomodamientos morales y éticos dirigidos a garantizar la supervivencia, reduce los índices de solidaridad, acrecienta el temor, genera inestabilidad y desplazamiento, porque la fuerza determina las relaciones depoder y convivencia.
En el contexto del conflicto armado que vive el país, la practica de los Derechos Humanos pierde el sentido de cohesión de la sociedad por efecto del desborde institucional o social de las practicas de violencia utilizadas para mantener el orden o ejercer el poder en forma paralela o alternativa.
En la actual coyuntura de los diálogos de paz, resulta decisivo hacer unareflexión profunda y sin prevenciones de lo que significa para una nación construir su vida institucional, social y política, según un modelo de democracia que sea pluralista e incluyente y que consolide formas de convivencia y gobernabilidad.
La participación política constituye el segundo punto de la agenda de conversaciones de La Habana y uno de los de mayor importancia en los acuerdos a quepueda llegar la mesa para la terminación del conflicto armado.
Es una cuestión capital dado el modelo que se ha desarrollado en el país, que carece del carácter pluralista, participativo e incluyente de una auténtica democracia.
Resulta paradójico que la llamada democracia más antigua de América Latina haya avanzado en el marco de una pugna interna que se enrareció y degradó en prácticas deterrorismo de Estado, paramilitar, guerrillero y narco que tuvo como blanco esencial a la población civil.
Las estadísticas más modestas estiman en 5,5 millones las víctimas. Se suma una estela de desplazamiento interno forzado del 10% de la población del país y nuevos y más complejos fenómenos de violencia que comprometen el control territorial e institucional de la nación.
En este contexto, resultadecisivo hacer una reflexión profunda y sin prevenciones de lo que significa para una nación construir su vida institucional, social y política, según un modelo de democracia que acabe con el conflicto armado, sea pluralista, incluyente y consolide formas de convivencia y gobernabilidad a través de la ampliación de los escenarios de participación política y ciudadana.
Voces firmes
Tanto elForo de Desarrollo Agrario como el de Participación Política, liderados por la Universidad Nacional de Colombia y la ONU, por encargo de la Mesa de Conversaciones de Paz de La Habana, han sido de la mayor importancia para los avances de este proceso, en la medida en que, a través de ellos, se han producido “hechos” que se derivan de la dinámica de su realización y de la utilización de susresultados.
Primero, han permitido hacer explícita la participación pluralista, incluyente, amplia y democrática de todos los sectores de la sociedad colombiana, en una polifonía de puntos de vista e intereses distintos. Han dejado como enseñanza que es posible el diálogo franco y propositivo entre contrarios, cuando se define un propósito de interés común.
Segundo, han evidenciado el hecho de que no...
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