Timote de feinmann
Nopor el hecho de que la acción política violenta no esté relacionada con otros sectores etáreos, sino por la legitimidad que adquiere este fenómeno proveniente del perfil idealista característico de la juventud. Los años mozos están asociados con una perspectiva de la vida en donde se cree construir el futuro y se apuesta, hasta la vida en algunos casos, para conseguir torcer la suerte a favor de unideal. Mucha gente hoy en día se atreve a afirmar que los jóvenes no nos metemos en política, que estamos sólo interesados en la vida social privada, es decir a los grupos sociales menores y cerrados, y que la búsqueda hedonista ha reemplazado a la conformación de un ideal político y a las prácticas interesadas en un cambio.
Yo tengo veintidós años y niego tajantemente que nuestrageneración haya perdido el rumbo y caído en un encierro fatalista por culpa de la filosofía postmoderna. No creo en el relativismo absoluto ni en la muerte de las ideologías para mencionar dos productos del “think tank” neoliberalista asociado al postmodernismo. Estoy seguro de que la juventud está ansiosa por asumir su responsabilidad en el armado social y político del país y todos los días veo ejemplos dejóvenes que se comprometen con el cambio. Por eso también no vacilo en afirmar que los pronósticos agoreros sobre mi generación tienen mucho más que ver con un discurso pragmático que quiere realizarse como profecía autocumplida antes que con la realidad concreta del país.
El libro de José Pablo Feinmann trae a la actualidad la discusión política sobre los movimientos de la resistenciaperonista de los años ´70, o más bien la renueva, porque hace años que se tilda al gobierno nacional de “montonero” desde las usinas del liberalismo más rancio. El autor mismo dijo por esta razón que “la novela está ocurriendo hoy”. Volver a hablar de una época en donde había mucha participación política del pueblo no es casual en este momento histórico. La publicación se corresponde con interesesconcretos sobre el asunto de la militancia. Desde el gobierno nacional se defiende la participación activa de la ciudadanía, pero hay un dato particularísimo que quiero contrastar y que he tocado ligeramente algunos renglones arriba. Si bien este gobierno es peronista, y está asociado a reclamos históricos que podrían asociarse con la “ficción orientadora” nacional y popular que también alumbrólas prácticas de los montoneros, no apoya ni busca incentivar la participación mediante la acción directa teñida necesariamente de violencia. Por violencia en este caso me refiero a una acción fuerte, enérgica, una acción que se imponga sin pedir permiso, valga la redundancia.
Lo que pasa en “Timote” es el secuestro, “juicio popular” y muerte del General Pedro Eugenio Aramburu. Éste fuequien, junto al Almirante Isaac “Hormiga Negra” Rojas y a Eduardo Lonardi, derrocaron al gobierno constitucional del General Juan Domingo Perón mediante la denominada Revolución Libertadora en el año 1955. Aramburu además ordenó el secuestro del cadáver de Eva Duarte de Perón o “Evita” y los fusilamientos de José León Suárez en 1956. Por ello varios grupos de la resistencia peronista se hicieron...
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