tintoretto


TINTORETTO




EL LAVATORIO
1547-1548
Óleo sobre lienzo,
210 x 533 cm.
Museo del Prado, Madrid.


Hay algo profundamente fascinante en toda la obra de Tintoretto y en especial en El Lavatorio, un encargo de la Scuola del Santísimo Sacramento para la capilla mayor de la Iglesia de San Marcuolo de Venecia.
Tintoretto es una prefiguración o, si se quiere, una premonición de lo queserá la pintura de los dos siglos que vendrán tras su muerte. En especial con este cuadro, síntesis de una carrera vertiginosa y una búsqueda artística apabullante, Tintoretto instaura, en el Siglo XVI, una nueva mirada. Es contradicción y al mismo tiempo exponente y bandera de un Cinquecento vibrante y agitado. Es pintor veneciano, con todo lo que la escuela veneciana significa; es pintorrenacentista, un artista humanista y complejo; es pintor manierista, porque entre sus influencias se destacan las de sus contemporáneos, y comparte algunos rasgos de la maniera; y es un pintor único, transgresor y revolucionario, que guiará la mirada tanto de artistas del barroco como Velázquez o de artistas únicos e inclasificables como Francisco de Goya.
De los dos encargos para la Iglesia de SanMarcuola uno es la obra que nos interesa analizar y otro es La Última Cena, ubicados originalmente enfrentados en las paredes laterales de la capilla. Curiosamente, en El Lavatorio, una pintura de tema bíblico, Tintoretto retrata el pasaje del Nuevo Testamento (Juan 13, 1-20), donde Jesús, en un acto de humildad, lava los pies de Pedro, y también retrata el pasaje que le sigue, el de la cena, y lo pintaa izquierda de cuadro, al fondo, sobre la cabeza de Jesús, de forma casi inacabada, con pinceladas ligeras, como en otro cuarto o en un espejo. Este desdoblamiento, resuelto de forma magistral, no tendría el mismo valor de no ser considerado el destino original del encargo: enfrente, como dijimos, de La Última Cena; dando así lugar a un juego de espejos y dobles y encuadres al menos provocador.La obra hace gala de un uso enfático de la perspectiva, como es habitual en la producción del pintor, donde usualmente, al no ser central, sino más bien descentrada, brinda un dinamismo inusitado para el contexto del Renacimiento. Sin embargo, los cuerpos y sus gestos, herederos del volumen en los cuerpos de Miguel Ángel, al contrario de muchas otras obras de Tintoretto, donde esta perspectivaagita al conjunto de personajes haciéndolos vibrar, no se encuentran realizando acciones prodigiosas, sino más bien cotidianas o superfluas, pero llenas de una tensionada quietud. El apóstol del primer plano, en el extremo opuesto al de Jesús, por ejemplo, está descalzándose; una acción que, para la mirada de su momento, y por el lugar que le otorga el pintor en el cuadro, podría incomodar o hastaincluso escandalizar.
Más allá del desdoblamiento en cuanto al tema, sobre la división en planos puede decirse que hay tres muy claros, y en cuanto a la composición, al menos dos definitorios también. El primer plano sería tanto el del apóstol mencionado como el de Jesús lavándole los pies a Pedro. El segundo sería el del ambiente que pueblan los demás apóstoles, la mesa y el piso con aquel trabajotan particular de mosaico, compuesto por octogonales y rombos, cuyos puntos coinciden de forma asombrosa con la línea de perspectiva. El tercero, heredado quizá de las decoraciones del Veronés, y típicamente veneciano, es la arquitectura del fondo, con sus columnas y algunos arbustos o señales de una naturaleza algo imprecisa con respecto a la caracterización de la realidad. Sobre la composiciónexiste un componente novedoso: el cuadro está claramente dividido en dos, y el único elemento ubicado en la exacta división es un perro que, a diferencia de los otros personajes, parece estar tranquilo, sereno y meditabundo. La serenidad en los personajes es una característica de Tiziano que no adopta por lo general Tintoretto. Entendiendo que el valor de un elemento no está dado por su...