Tio conejo y tio coyote
Se encontraron en un camino Tío Coyote y Tío Conejo. Se traían hambre y mucha sed. Y ya era bien noche y estaba llenando la Luna.Como al rato se toparon con una poza. El agua estaba muy sincera y delgada y reflejaba la Luna. Y ay nomás bebieron. ¡Truclús!, ¡truclús!, ¡truclús!...
En eso le dice tío Conejo:— ¿Tío Coyote, quiere que comamos queso?
— Pues, claro, le dijo Tío Coyote.
— Aytá en el fondo el queso, ¿que no lo ve? Y le enseñó la luna bajo el agua.
— Ujú. Y es grande, lecontestó Tío Coyote.
— Pues bebamos el agua entre los dos hasta que sequemos la poza. Y ya se ponen a beber. Pero el pícaro del Tío Conejo hacía como que bebía y no tragaba.
— Nobaja la poza, Tío Conejo, dijo al rato Tío Coyote.
— ¡Jesús, Tío Coyote! Para comer hay que trabajar.
Y siguieron bebiendo. Y el Tío Coyote tragaba, tragaba, tragaba mientras que TíoConejo sólo arrimaba la trompa al agua, de puro bandido.
Ya al rato Tío Coyote estaba panzón y le dijo al Tío Conejo:
— ¡Ya no aguanto!
— ¡No sea inútil, Tío Coyote! ¡Véame a mí quéserenito estoy!
— Sí, Tío Conejo, pero es que siento que se me está saliendo el agua por atrás.
— No tenga cuidado. Eso se remedia muy fácilmente...
Y en un milpal seco que estabaal lado, recogió un olote y se lo zampó.
Y siguieron bebiendo... pero el zángano del Tío Conejo nada que bebía. Y el pobre Tío Coyote, tru-cús, tru-cús, ya casi se desmayaba.
—Oiga, Tío Conejo. Francamente ya no aguanto. Siento que se me sale el agua por las orejas.
Corrió el Tío Conejo a una colmena que se tenía cerca y le tapió con cera los oídos. Y elbandido hizo como que seguía bebiendo.
Y el Tío Coyote por no darse por vencido siguió bebiendo y bebiendo.
Y de repente —¡ploff!— se reventó. Y cayó muerto.
¡Pobre Tío Coyote!
Regístrate para leer el documento completo.