tiramonti 20 años de democracia

20 años de democracia: acepciones y perspectivas para la democratización del sistema educativo

Tiramonti G.

Tiramonti analizará la forma en que se pensó la relación educación y democracia a lo largo de estos 20 años de régimen democrático siguiendo la línea de las políticas educativas que se implementaron.
Algunas características de la modernidad latinoamericana que afectan estarelación antes mencionada:
La conformación y desarrollo de los sistemas educativos nacionales estuvieron ligados íntimamente a la implementación de las democracias modernas y a las exigencias de regulación impuestas por un gobierno de hombres libres. En ese marco, la escolarización de la población fue y es un dispositivo destinado a constituir subjetividades libres y reguladas al mismo tiempo. Esta ideade libertad como producto del paso por un proceso de escolarización que incorpora a los individuos a un determinado sistema de creencias, a la vez que regula sus conductas y condiciona trayectorias diferenciadas, está en la base de la construcción del orden democrático moderno. Así, la centralización del poder en manos de Estados soberanos, la definición de los espacios nacionales y laconsolidación de la institución familiar, patriarcal y jerárquica conforman la trama institucional básica en la que se asentó la ingeniería moderna para sostener la tensión entre regulación y libertad.
La escuela fue una pieza privilegiada para la producción y reproducción del orden en el contexto de la ingeniería moderna. Esta ingeniería presentó asimetrías en los distintos países. Mientras en algunoscasos se constituyeron Estados, sistemas educativos y mercados de trabajo con capacidad inclusota, en otros ninguna de estas instituciones fue capaz de incluir y afiliar al conjunto de la población.
El núcleo de la identidad social de los argentinos, que se puso en cuestión con la crisis, estuvo referenciado en la pertenencia al grupo de países que sí habían logrado materializar la ingenieríamoderna. Es por esa razón que nos pensamos como educados, integrados en el arco simbólico del Estado nacional, con un mercado capaz de incluir a la mayoría de la población y generar para el resto una promesa de incorporación futura. La existencia de una oferta educativa hizo posible la incorporación temprana de la población a una institución que, a la vez que regulaba, incluía e integraba tambiénotorgaba credenciales que legitimaban los asensos en la estructura social.
A la dimensión emancipadora de la escuela le corresponde la función de selección y exclusión de aquellos que no se adaptaron a su exigencia o no pudieron incluirse en el arbitrario cultural que ella desplegaba. La identidad de los argentinos ha estado definida más por la dimensión emancipatoria que la escuela le otorgó a laorganización moderna que por sus efectos negativos.
La asociación educación y democracia política solo se puede hacer efectiva en la confluencia de otros elementos que no han estado debidamente presentes en la historia de la educación nacional. De modo que, si bien la Argentina tuvo desde temprano una población escolarizada en un circuito público que tendía a la integración y homogeneización delos distintos sectores sociales, estas condiciones no parecieran haber sido suficientes para articular a los ciudadanos con una experiencia política democrática. También es necesario poner en discusión la relación entre población ilustrada y democracia política.

A lo largo de estos 20 años se pueden distinguir tres períodos en los que se pensó a la relación educación- democracia desdeparámetros completamente diferentes:
1. El primer período se caracteriza por una hegemonía política que se resuelve en la antinomia autoritarismo-democracia, con éstos términos se delimita un pasado que se quiere abandonar y un futuro que se considera deseable. Se denominó “transición democrática” a ese movimiento tempo-espacial de cambio político entre un punto de partida (Autoritarismo) y un...