Titiguá

TIRIGUÁ
LAS NUEVAS AVENTURAS DEL LLANO ADENTRO

AUTOR:
JOSE ALBERTO MENDOZA

CAPITULO Nº 1.


Hace muchos, muchos años, cuando la parte Sur Oeste de nuestro bello estado Cojedes, estuvo habitada por grupos indígenas de costumbres especificas, en esta hermosa región de ríos caudalosos y de lindos bosques más bien selváticos desde la antigua Ytabaná hasta cerca de Hamadoa (hoy endía, los Municipios Ricaurte y Girardot), vivían los aguerridos guerreros de la nación COHAERÍ, una continuación étnica de los Caquetíos de la gran Nación Caribe, protagonistas de este relato.

En una churuata— Ubicada a la entrada de la población de Coxedes, la que unos hombres tenían ante sus ojos- era una de las más poblada de la comarca, cerca de Ytabana y Hamadoa, su ubicación una delas más propicias que habían encontrado los extranjeros en estas tierras conquistadas, todo era paz y sosiego en aquella indígena comarca, donde parecía haber muy poca gente en ese momento... de pronto..., toda la quietud del ambiente fue rota por un grito salvaje y desgarrador.
Habían seis carretones alineados ante la empalizada de la churuata, dispuestos para trasladar a los pobladores másdistantes a las comarcas vecinas, y de pronto… dos guerreros extranjeros, que vestían ropas diferentes, de barbas y cabellos abundante y rojizo, altos, de piel rosada, uno de ellos el que había lanzado aquel horrendo grito, que era la señal de ataque.
Cuando, un numeroso grupo de hombres tan parecidos a él, la mayoría de caras blancas, y negras barbas, descendieron de los carretones.
Todos corrieronen tropel hacia la churuata.
Cada uno llevaba en la mano espadas o arcabuces y no titubearon en emplearlos.
Un indígena había salido a la empalizada principal, al oír aquel horrendo grito.
Inmediatamente fue desanimado por un trueno en mitad del pecho lanzado por las lanzas que soltaban rallos.
Una mujer india, que había estado limpiando a un lado de la churuata, intento correr hacia elfrondoso bosque de verdes matices.
Un trueno certero le atravesó la cabeza antes que pudiera huir.
Eran demasiado los que avían llegado, para que ninguna persona pudiera frenarlos.
Al fondo de la churuata avía una pequeña escalera que daba a la troja y un indio armado de arco y flechas apareció en lo alto, ya se había dado cuenta de lo que estaba pasando pero tampoco pudo hacer gran cosa.
Suprimer disparo de flecha tumbó para siempre a uno de los extranjeros.
Tenía buena puntería y no se había asustado ante aquella terrible situación, pero desgraciadamente ya no pudo utilizar el arco y las flechas una vez más.
Varios de los guerreros extranjeros dispararon a la vez sus arcabuces contra él, convirtiéndolo materialmente en cedazo, y cayó rodando escaleras abajo.
Los extranjerosascendieron a la troja.
Sabían que allí era donde encontrarían lo que andaban buscando.
Tronando sus lanzas de fuego, a diestra y siniestra a todo lo que veían.
Pero la troja estaba vacía, desesperados bajaron nuevamente, y se dieron cuenta de que lo único que no estaba vacío era un pequeño ranchito, donde vivían un hombre y una mujer de mediana edad, quien los recibió disparando sus flechas.
Mássin embargo, no logro alcanzar a nadie, pero los truenos de los extranjeros si que lo alcanzaron a él. Cayó al suelo, con el pecho atravesado, sin producir un solo gemido.
Entonces sonó un grito desgarrador en el mismo ranchito, era el grito de la mujer.
Dos extranjeros se volvieron a tiempo de ver una figura que trataba de correr asía el monte, una mujer de mediana edad que les ofrecía un blancoperfecto.
Dos extranjeros con toda la sangre fría del mundo, se acomodaron y dispararon sus arcabuces contra la asustada mujer.
Ya no esperaban encontrar a ninguna otra persona más en la churuata.
Lo que hicieron a continuación fue forzar las tinajas y jarrones de arcilla que encontraban a su paso en busca del botín.
Esto colmo sus esperanzas.
Había allí una gran cantidad de brazaletes...