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Esta historia fue noticia sobre 1975. Nos la perdimos entonces y ha sido ahora, este año, cuando hemos podido conocerla al ser retomada en distintos medios. Nos fascinóhace unos meses al conocer el libro “He jugado con lobos”, del antropólogo Gabriel Janer Manila, escrito a raíz de su tesis doctoral sobre los niños que han vivido en estado salvaje,un mito muy presente en la Historia de la Humanidad desde antes de que Rómulo y Remo fueran amamantados por una loba. Pero nuestra fascinación ha continuado hasta desembocar en la cadadía más abundante publicidad de la película que mañana mismo se estrena: “Entre lobos”.
Es curioso que, desde 1975 hasta ahora sólo se haya publicado al respecto, que sepamos, unartículo del ABC de Sevilla de 1987. Vergüenza nos da enterarnos hoy de una historia tan nuestra. Seguramente aliñada de mucha fantasía y ensueño, pero próxima, muy próxima, tanto comoesa bendición de sierra que se extiende entre Fuencaliente y Cardeña:
"Yo era muy pequeño. Tenía seis años cuando un día, antes de que anocheciera, se presentó un hombre que yo nohabía visto nunca. Le dio un dinero a mi padre, me cogió por los brazos y me subió al caballo. Partimos. Mi padre me había vendido como se vende una cabra". Así empieza el libro “Hejugado con lobos”, la historia de Marcos Rodríguez Pantoja, un niño que vivió en nuestra sierra, entre 1953 y 1965. El cabrero que lo compró desapareció y Marcos continuó solo en elmonte, acompañado por una manada de lobos.
“Para cazar, me escondía junto al río y cuando bajaban los ciervos, me montaba encima de ellos, les daba un golpe con un palo y llamaba a loslobos. Aullaba y venían cuando lo necesitaba. Luego, le quitaba la piel, le sacaba las tripas, y me la ponía encima para abrigarme. Las moscas y las avispas venían detrás mía…”.
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