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Civilidad y democracia
Hemos concluido una nueva etapa de nuestra vida democrática en México. Recién acabamos de elegir a los nuevos poderes del Estado Mexicano; la renovación del Poder Ejecutivo con el nuevo presidente de México, que fue electo por la mayoría de los ciudadanos que acudimos a votar este pasado 1 de julio, y votamos a favor de quienes consideramos era la mejor opción para darlerumbo y sentido a un nuevo gobierno, a una nueva forma de conducir el país.
También hemos elegido de manera completamente libre y voluntaria a través de nuestro voto a nuestros representantes en el Poder Legislativo, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores, donde dimos nuestro voto de confianza en cada uno de los nueve distritos electorales federales que conforman el estadode Chihuahua y a los senadores que nos representarán con su voto en el Congreso de la Unión.
Pasó ya la euforia de las  campañas; pasó ya la estrategia para allegarse votos; pasó ya la guerra sucia; también una de las herramientas, tal vez una de las más efectivas, aunque sí no la más ética; pasaron ya las votaciones y el IFE ha dado a conocer no el triunfador ni el perdedor, sino a quien lamayoría hemos depositado la confianza para el buen destino de nuestra patria.
Debemos superarnos como nación y no mantener los rencores, las divisiones por aspectos político-electorales, sino unidos ya en un proyecto que conforme una república unida y sumando todas las voluntades para poder salir adelante.
Es muy malo mantener los rencores y ver las elecciones como si fuesen un partido de futbol,donde mi equipo perdió o donde el árbitro simplemente se hizo de la vista gorda al momento de las faltas sin marcar las infracciones. Los procesos electorales no son un juego y quien así lo ve está muy lejos de poder hacer política.
Las elecciones son un enfrentamiento entre los buenos y los malos, donde los malos ganan y los buenos pierden; aquí no se trató de eso. Se trató de propuestas y lasmejores fueron las que ganaron en base a un trabajo fuerte en las estructuras sociales, de penetración a través de los medios de comunicación y, obviamente, sin dejar de lado las estrategias de los partidos políticos y el movimiento territorial.
Que todo sea para bien y le deseamos los buenos augurios al nuevo presidente que los mexicanos acabamos de elegir este 1 de julio. 
Dimos un ejemplo decivilidad y democracia. ¡Enhorabuena!

1.2.4.3 La civilidad.
La civilidad es quizá el atributo más significativo de la cultura urbana; consiste en el reconocimiento que se da entre los asociados en un territorio y espacio cultural determinado, en el que concurren las diferencias y el acuerdo expreso de superar las discrepancias mediante la identificación de reglas comunes para compartirlo.
Laciudad constituye el escenario en donde se cruzan y convergen miríadas de existencias y lecturas, de encuentros y desencuentros y, aún, de diferencias y contradicciones. Cruce de historias personales y colectivas de quienes en ella habitan; se trata de un espacio alternativo y simultáneamente atravesado por el orden y el conflicto. Sin embargo, al fin y al cabo, la ciudad es predominantementenuestro entorno y referente obligado; mundo de nuestra cotidianidad, de la familia, del amigo, del vecino, del colega, de la autoridad y de la violencia, de nuestras más inmediatas relaciones sociales. Como bien lo explica Hannah Arendt, donde se construye el bien común y lo ilustra de la siguiente manera:
"El concepto medieval de bien común, lejos de señalar la existencia de una esfera política,sólo reconoce que los individuos particulares tienen intereses en común, tanto materiales como espirituales y que sólo pueden conservar su identidad y atender a su propio negocio si uno de ellos toma sobre sí la tarea de cuidar el interés común".(1)
Por su parte, el orden social, es la resultante de acciones muy diversas, que tienen en centro la satisfacción de las necesidades sentidas de los...