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El gran salto Raúl Eguizábal recorre la historia del circo, "el mayor espectáculo del mundo"
El teatro de las maravillas El arte del circo está construido con dos ingredientes básicos: la belleza y la emoción. La belleza surge de la armonía de los movimientos acrobáticos, de la ligereza de las amazonas, de la gracia de las pantomimas, de la precisión de los volatineros, de la vistosidadde los atuendos y los pertrechos, del colorido, de la música... en fin, de ese entorno radiante y misterioso a un tiempo que es la pista. La emoción en el circo se sirve del riesgo real de los domadores, del juego con la muerte de los equilibristas y los trapecistas, de la inquietud que producen los magos, de la desazón turbadora de los payasos, de ese consabido «más difícil todavía».
Belleza yemoción se alimentan de contrastes: el circo es luminoso y sombrío, risueño y fatídico, bello y siniestro a la vez. Y aunque dominan en él la exactitud, el ritmo, la exigencia, también hay espacio para la espontaneidad y la innovación. No creo que haya otro espectáculo tan completo como el circo, porque no hay en él, además, pretenciosidad alguna, ni más artificio que el que proviene deladiestramiento, de la precisión matemática en los movimientos, de la voluntad. El circo muestra, a todos, sus entresijos. Todo ocurre a la vista del público: se montan las jaulas, se izan los trapecios, se tienden las redes, se encienden las antorchas. A veces, la tensión sobre el público es tan grande que no hay más remedio que cerrar los ojos un momento.
Se produce, así, una lucha entre el deseo dever y el temor a ver. Es el vértigo del circo, el momento de ese ejercicio en el que se une el peligro a la belleza, y cuyo desenlace tememos y esperamos. Y, más tarde, cuando todo termina y salimos de nuevo a la realidad de la calle, sentimos por fin una sensación liberadora, desaparece el hormigueo y la desazón, y solo quedan, dando vueltas en el magín, el sabor del asombro, el aroma de lasorpresa, la extrañeza y la admiración.
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Además, no hay término medio en el espectáculo circense; o es patético o sublime, pero nunca mediocre. Lo normal, no obstante, es que los artistas de circo sean siempre excelentes o al menos notables dado que, en muchos casos, ponen en juego su integridad física. Ni el trapecista, ni el domador, ni el lanzador de cuchillos, pueden permitirse el lujo deequivocarse aunque solo sea por unos centímetros. No hay lugar para la imperfección o la insignificancia porque, a diferencia del teatro convencional, el espectador se encuentra sobre el escenario atento para descubrir el fallo o el truco, si es que este existiese. No hay telón. No hay bambalinas. No hay candilejas que definan dos mundos separados.
Tiene, desde un punto de vista histórico yfuncional, bastante que ver con el teatro (de hecho, la mayor parte de los circos estables han funcionado también como teatros), pero también es sustancialmente diferente, no ya por el tipo de función que se realiza en cada escenario, sino por el concepto del espectáculo. Si el teatro es un espectáculo de la palabra el circo es, sobre todo, un espectáculo visual; por ello también, los artistas decirco, al no necesitar su arte el auxilio del verbo, son marcadamente internacionales. En el circo se mezclan los números de tradición oriental y occidental, chinos, árabes, africanos, americanos, rusos, cada uno con sus particularidades y sus destrezas.
La presencia de la muerte en el mismo escenario que la risa, es otro ingrediente que ha ejercido fascinación en la pista. La historia del circoestá llena de historias trágicas, de un romanticismo que roza a veces el melodrama de vaudeville. En el circo la vida se mueve entre la alegría y la muerte. En el circo se vive con la inminencia del drama. En el circo, el drama se vive por centímetros, incluso por milímetros; se vive por segundos, incluso por décimas de segundo. ¿Llegará a tiempo para recoger su camarada a la intrépida trapecista?...
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