Tlatelolco
Estecrimen ostenta un gran denominador común: la impunidad y desprecio por la vida humana; seguidos del terror y zapapico represivo que signan al país, que nada permite avizorar un cambio en su composición,que no hay rectificación sino ratificación, y que la esperanza es brizna esquirla del futuro, porque ha sido desterrada del presente y que mañana asistiremos a la entronización espeluznante de lamediocridad.
La columna avanza, serpentea por las avenidas de Reforma y Cinco de Mayo, se torna vibrante como espada cuyo filo es la juventud estudiosa: relámpago cuyo fuego tiene su origen en larepresión impuesta por cien, doscientos, cuatrocientos años de exaltación y ensoberbecimiento de dirigentes en turno. Rio de fuego que asciende hacia las fachadas de los edificios de los grandesdiarios…índice flamígero que incendia la sangre y la transforma en palabras que, en estos momentos, son pedradas…el instinto de una multitud de cien, doscientas mil, seiscientas mil almas que han sido traicionadaspor el silencio cómplice… este silencio que de pronto descubre que el nudo del humano rencor se ha soltado, que en las calles y avenidas de México se divulgan las componendas indecorosas, lasantesalas y las felicitaciones por lo “atinado” de la represión, por la madurez de la iniquidad.
Buscamos a este pueblo que por siglos ha callado y cuya explosividad cíclica destronco el Virreinato, los...
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