Todas íbamos a ser reinas - migración y género

INTRODUCCIÓN
Las causas de las migraciones han sido ampliamente estudiadas y el debate esta lejos de terminar. Algunos economistas han planteado la existencia de una migración basada en la voluntad de salir de un lugar, en donde las condiciones económicas son bastante precarias, e ir hacia un lugar donde existan más y mejores oportunidades de trabajo.
Sería un error limitar esta migración“laboral[1]” a una simple elección racional costo/ beneficio, ya que existe un importante componente socio cultural a la hora tomar la decisión de partir. En este sentido cobra especial relevancia la formación y reproducción de “cadenas y redes migratorias[2]” que articulan una cierta “cultura” de la migración, en donde ésta aparece como una estrategia de sobrevivencia adoptada de maneracolectiva -o si se quiere familiar- dejando atrás la concepción excesivamente individualista. Así se va construyendo una red de contactos las que constituyen una fuente de apoyo para el asentamiento de los migrantes en el país receptor, al mismo tiempo que hacen promoción de éstas como solución a problemas económicos.
Los fines económicos de los flujos migratorios no son homogéneos: existen casos demigración permanente, donde el objetivo es salir del país de origen y construir una nueva vida en otro país, usualmente más desarrollado, desde donde se envían recursos al país de origen (remesas) y se lleva al resto de la familia cuando se alcanza la estabilidad; mientras que otros tienen objetivos más puntuales, lo que produce una migración estacional, en el que la persona permanece fuera hastaconseguir cierta meta económica, la que usualmente es destinada a mejorar las condiciones de vida en el país de origen. Sin embargo, para obtener una concepción más integral de las migraciones, no podemos dejar de lado la existencia de un cierto aprendizaje y repetición de conductas respecto a la migración, que la constituyen como un fenómeno cercano e incluso natural, entre cierta población, loque deja en evidencia el carácter social de éstas, lo que podemos catalogar como “cultura o imaginario migratorio”.
Un fenómeno bastante en boga últimamente es el denominado proceso de “feminización y autonomización de la migración”, es decir, el aumento de las mujeres que salen de sus países de origen, sin sus maridos y muchas veces sin sus hijos, debido a la “demanda creciente de mujeresinmigrantes en el sector de los servicios domésticos y de cuidado, así como en la industria del sexo[3]”. En este sentido, la migración emerge como un punto crucial en las discusiones de género, y con mucha fuerza en relación a las políticas públicas relacionadas con derechos reproductivos y salud sexual. Es por esto que se hace necesario analizar el rol que las mujeres tenían en sus hogares antes demigrar y, luego, en el país receptor. Esto develará que, en definitiva, las mujeres no cambian su estatus con las migraciones, sino que más bien, se produce un “trasvase de desigualdades de género, etnia y clase[4]”, lo que supone por una parte, la pérdida de fronteras nacionales en virtud de la globalización, mientras que por otra nos demuestra la discriminación de género, etnia y clase en todoslos ámbitos, y con mayor poder de identificación en el mercado laboral.
La discriminación sobre la cual se funda el mercado laboral dice relación con una separación (y valoración) histórica del trabajo. Por una parte existe una primera distinción entre el espacio público y el privado, donde los hombres se adjudicaron la esfera pública, mientras la mujer se vio “obligada” a asumir la esferaprivada. Esta división se contextualiza en la asignación del rol productivo para los hombres, en base a la imposibilidad que tenían las mujeres, ya que estas debían asumir el rol reproductivo. Sin embargo este binomio “mujer-espacio privado” pierde sentido, desde el momento que Simone de Beauvoir publica “Le Deuxième Sexe” (1949), dando pasó a la segunda ola feminista, quienes trasladan los temas...