Todas las noches me derrumbo y al amanecer vuelvo a nacer.

 No importa cómo lo mire, las despedidas me desarman. Ya sea por un viaje, o solo por apenas unas horas, los adioses me generan una sensación detormento poco agradable.
Cerrar la puerta, entregar la carta, la palmadita en la espalda son señales de ausencia que me abruman constantemente. Losmonstruos debajo de la cama, las sombras en la pared de mi habitación, son demonios que me persiguen desde mi infancia que he logrado superar, peroel único temor que sigue latente y consistente es esa fobia a los finales tristes o felices.
¿Alguien sabe el nombre de esta fobia? Fobia aconcluir, terminar, partir u otros sinónimos que en este momento no puedo encontrar. Mis relaciones se acaban, no terminan, no hay despedidas, pocaslagrimas. Es de esas que se tiran al recuerdo cuando ya no sirven en el presente. No hay espacios ni dejemos esto hasta aquí, es solo intuición de que si noestamos bien mejor guardemos los bonitos recuerdos y evitemos odiarnos por el resto de nuestras vidas.
Al escribir tambien me pasa lo mismo,escribo y no termino nada, nada concluye. Debo escribir los capítulos en días, semanas y meses distintos en diferentes archivos y luego hago una especiede collage con ellos y es así como obtengo el producto final. Pero en la vida real… ¿Cómo se hace eso?
¿Se puede pasar al capítulo 2 sin concluir elprimero? Probablemente no, hay que aprender a soltar, desprender, concluir y sobre todo a despedirse de cada capítulo de nuestra vida.