TODO POR AMOR AL HIJO
Los hijos son una alegría para cualquier pareja, pero con su llegada comienza un nuevo estilode vida en el que el tiempo se reduce y, por lo tanto, la relación de pareja suele ser relegada a un segundo lugar.
Creer que ser pareja y ser padres es lo mismo, o que es algo muy parecido, es un grave error. Debemos tener claro que cada uno de esos roles necesita de un tiempo y un espacio distintos.
El amor al hijo en el siglo XIX- tema de canciones y poesías – aparece frecuentemente tambiénvinculado con la esencia de la mujer, venerado y envuelto con un mito romántico.
La primera etapa de la individualización afloja los vínculos que antaño daban estabilidad interior y se sitúa al amor entre H y M en el centro. En la segunda fase de la individualización aun se disuelven más los vínculos tradicionales y el amor se vuelve más difícil que nunca, las relaciones de pareja provocan amenudo dolor y heridas al individuo. Como consecuencia este desarrolla estrategias de autoprotección en el contexto del matrimonio (contratos matrimoniales...) y reprime la espereza en las relaciones duraderas para protegerse de ese dolor. Pero esto hace que el individuo tenga una carencia de cercanía y calor humano, que a menudo se resuelve trasladándola al hijo. Desde esta perspectiva se entiendenlos actuales procesos minoritarios pero crecientes como los nacimientos extramatrimoniales, la nueva idea de “madre soltera”, el sufrimiento del padre divorciado, incluso el “secuestro” de los propios hijos.
En los países más industrializados, desde los 60 se ha dado un descenso de la natalidad. Antaño, en las sociedades pre modernas, se necesitaba a los hijos por razones económicas, (aunquetambién había situaciones en que los hijos eran vistos como una carga, por ejemplo cuando había demasiados hijos...) A finales del s.XX la familia como comunidad económica se disuelve, y el hijo pasa de ser una riqueza a ser una carga económica. El hijo ya no supone un beneficio económico, sino psicológico. El hijo se convierte en una forma de dar sentido y arraigo a nuestras vidas individualizadas.El cambio del matrimonio en la transición en la modernidad, se presenta de forma muy similar con los hijos: la relación se libera de intereses económicos y se abre a intereses y deseos privados. En una sociedad industrializada, donde se nos exige un comportamiento racional, el hijo representa el otro lado más natural, es como un contrapeso vital para los padres.
LA PREPARACIÓN CARA AL HIJO Laconcepción social de la paternidad ha cambiado mucho, ahora tener un hijo es una tarea para la que la sociedad exige responsabilidad, planificación y un contexto adecuado. Los hijos tienen que ser deseados y planificados y necesitan unas condiciones y un entorno óptimos, esto está muy difundido entre los padres en potencia, que antes de tener un hijo examinan sus posibilidades y sus límites.Cuanto más progresa la medicina, y más literatura sobre el tema surge, más cosas exige la sociedad que se tengan en cuenta, antes, durante y después de la gestación (alimentación, hábitos, entorno...). Los “consejos de expertos” son muchos y a veces contradictorios, y esto puede confundir aun más a los padres. Tener hijos es algo natural, pero en nuestra época no existe la naturaleza pura, esadministrada por los expertos. Esta presión social sobre la paternidad hace que el sujeto llegue al extremo de “sin hijos por amor al hijo”, los padres en potencia se ven abrumados por esta paranoia de la educación, sintiéndose incapaces de cumplir los requisitos exigidos.
EL DESEO DE TENER UN HIJO SIN PODER TENERLO: EL COMIENZO DE UNA CARRERA DE PACIENTE Aumentan los casos en que se quiere tener...
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