todo va bien
La pequeña brisa que siempre quiere bailar, llegó de la mano del huracán quesiempre está enfadado; y esto es muy raro, porque al huracán no le gusta juntarse con nadie.
Las estrellas acababan de acostarse, pero se levantaron de un salto cuando se enteraron de la noticia. Inclusoel lucero, que está un poco gordo y no se mueve con agilidad, llegó enseguida al lado del sol.
La luna intentó llenarse lo más posible para arropar a su compañero. Primero había pensado coger laforma de cuarto menguante y mecerlo un ratito, pero luego se dio cuenta de que abrazarse les iba a gustar mucho más a los dos.
El sol seguía tan ocupado con su tristeza, que no se había enterado de quetenia a tanta gente a su alrededor. Entonces levantó la mirada, dejó de apretarse entre sus rayos y el brillo volvió a asomar a sus ojos.
Las nubes, los vientos, las estrellas y la luna estaban allí.Ninguno le dijo nada que no le hubiese dicho cualquier otro día. Ninguno intentó animarle. Nadie quiso comprenderle, ni le compadeció. Y nadie quiso hacerle sonreír.
El sol no sabía lo que le pasaba,pero sí estaba seguro de que era algo que tenía que ver con él. Y, por lo tanto, solamente él podía solucionar.
Miró a todos, y las chispas calidas de sus ojos llegaron hasta cada uno de suscompañeros. Entonces siguió llorando, porque eso era lo único que podía hacer en ese momento.
El sol sintió cómo las nubes se colocaron para proporcionarle un colchón de tres colores. La luna le abrazó,...
Regístrate para leer el documento completo.