todo y nada
Hace bastante más de un siglo la filosofía como disciplina fue desahuciada por el "ciencismo". Parecía condenada a quedarse sin ningún contenido propio, pues cuantoen ella hubiera de razonable resultaría totalmente absorbido por una ciencia u otra. Le quedaría, todo lo más, reflexionar sobre éstas en lo que tienen de común ("filosofía de la ciencia"), o sobrecada una de ellas ("filosofía de la física", etc.). Semejante desahucio fue larga y difusamente coreado por gentes muy diversas y lo ha sido de nuevo por algunos renovados enterradores de lasesperanzas de la razón, a quienes llamo neo-véteronihilistas por su afán de reinstituir un nihilismo "posmoderno". Según sus negros augurios, la filosofía había de morir por consunción interna.
A lo largodel siglo XX no han faltado, con todo, gentes bien instaladas en dominios científicos que, lejos de sentir hostilidad a la filosofía, se mostraran dispuestas y capaces de filosofar, sin abandonar porello su terreno propio. Algunos, desde Brouwer o Piaget hasta Chomsky o Penrose, pasando por Rostand, Monod y Jacob, son ya pensadores clásicos de la segunda mitad del siglo. Muy recientementealgunos científicos se han atrevido a extrapolar más allá de los límites oficiales de la ciencia hasta, por ejemplo, proclamar "la gran Síntesis" de la Evolución, según el título de una sonada obra de E.Laszlo (1987).
Por su parte la filosofía se ha resistido a la absorción. La mantuvieron viva no solo los Bergson, Croce, Ortega o Heidegger, sino también otros más "científicos", como Russell o...
Regístrate para leer el documento completo.