Todo
*TIO CONEJO Y LOS QUESOS
*TIO CONEJO Y LOS CAITES DE SU ABUELA.
*TIO CONEJO Y EL YURRO
*TIO CONEJO Y EL CABALLO DE MANO JUAN PIEDRA
*TIO CONEJO ENNOVIADO
*LA CASITA DE LAS TORREJAS
*LA FLOR DEL OLIVAR
*LA NEGRA Y LA RUBIA
*EL PAJARO DULCE ENCANTO
*SALIR CON UN DOMINGO SIETE
Tio Conejo y los quesos
Pues señor, es el caso que tío Conejo se nos había vuelto muy melindres paracomer, y a mi amo no le gustaban sino cositas buenas. Decía que ya el churristate lo tenía hasta el copete y a los quelites les hacía ché. Ultimamente andaba antojado de comer queso tierno. ¿Y cómo hago? ¿Y cómo hago? Por fin quién sabe cómo averiguó que un carretero bajaba todos los viernes de una hacienda, --por un camino de la vecindad--, con madera y quesos.
Allá el viernes a la nochecita--que era la hora en que pasaba la carreta--, se tiró tío Conejo en medio camino y se hizo el muerto. Dichosamente hacía una luna como el día y el carretero se agachó para ver qué era aquel bultico.
--¡Miren allá-- dijo a un compañero-- si es un conejito! ¡Ah señor, qué le pasaría!... ¡Pobrecito! Pero no está muerto, todavía resuella. Lo voy a echar en la carreta y quien quita que vuelva en sí.
Ylo que el sapo quería... El carretero acomodó a Tío Conejo entre los sacos de queso, y la carreta se puso otra vez en marcha. Entonces abrió un ojo, después el otro, y como vió que no había nada que temer, hizo un buen boquete al saco de gangoche en que venían los quesos bien envueltos en tusa. Se puso a sacarlos y a arrojarlos al camino. Así que el saco estuvo vacío, se tiró él y salió como uncachiflín a recoger los quesos y a llevarlos a su casa. Luego se dió tal atipada de queso que quedó que no podía moverse.
Otro día se sentó a la puerta a relamerse y a hacer la boca agua a cuantos pasaban. Iba tío Armadillo a hacer diligencia, a ver si encontraba algo qué comer y el muy mal corazón lo detuvo:
--Asómese compadrito y espíe para adentro y me cuenta un cuento.
Y tío Armadillo sehizo cruces cuando vió aquel gran montón de quesos que llegaba hasta el techo.
Pasó Tía Iguana y lo mismo:
--Venga acá viejita y dese una asomadita.
Tía Iguana se fue llena de envidia.
Pasó tía Ardilla y tío Conejo le gritó:
--Vení acá niñá y cuidado con caerte para atrás cuando veas lo que vas a ver.
Y de veras, la pobre tía Ardilla que andaba en ayunas se quedó como quien ve visiones, y no seatrevía a recoger unas boronitas que estaban en el suelo.
A tío Conejo se le movió el corazón y le hizo un gallito de queso con tortilla: --Tomá niñá para que no se te reviente la hiel.
--Dios se lo pague tío Conejo --dijo tía Ardilla-- que Dios me lo guarde y me le dé salud y me le repare de donde menos piense.
--Tía Ardilla, tía Iguana y tío Armadillo se fueron por los campos a contar de lamaravilla de quesos que tenía tío Conejo. Oirlo tía Zorra y corre para donde tío Conejo, todo fue uno.
Apenas la divisó, se metió corriendo tío Conejo, y atrancó bien la puerta.
Llegó tía Zorra y se puso a tocar: --Upe, tío Conejo, ¿qué hace Dios de esa vida?
Tío Conejo se asomó por la ventanita alta.
--¿Qué se le ofrece tía Zorra?-- le preguntó. Y perdone que no salgo a abrirle, pero es queme acabo de calentar la nuca con manteca de chancho y me puse un trapo zahumado porque estoy rabiando de un oído.
--Lo siento mucho, tío Conejo. Y hablando de otra cosa: ¿no me querrías vender un diez de queso?
--No comadrita, no tengo venta.
--Andan diciendo que tenés la casa llena de quesos. Contame cómo hiciste; por qué no me decís.
--Con mucho gusto tía Zorra. Viera qué sencillez. Fue así yasí --y tío Conejo le explicó todo.
--Así quien no... ¡Qué mamada! --dijo tía Zorra--. Y decime, hombré, ¿vos crees que si yo me hago la muerta en el camino me pasa la misma?
--¡Uh! Pues cómo no --contestó tío Conejo--. Otra cosa tendría duda, ¿pero eso? Si la veo ya con la casa llena de quesos. Anímese viejita...
--Sí, hijó, voy a ver si hago el ánimo. El que no se arriesga no pasa el mar....
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