Tokio Hotel
(1919-1936)
Cambio de Rumbo para Alemania.
El Primer Partido Anticomunista.
Bautizo de Fuego del Nacionalsocialismo.
Djugashvili, el Hombre de Acero.
Hitler y Stalin Cara a Cara.
CAMBIO DE RUMBO
PARA ALEMANIAApoyándose en la miseria y en la predisposición mística de las masas rusas, en 1919 el marxismo ya había logrado derrocar el imperio de los zares yapoyándose en los obreros alemanes socialdemócratas y en el malestar provocado por la guerra ,ya había conseguido abatir la Casa Imperial de los Hohenzollern. Su plan de conquista —llamada por los propios marxistas revolución mundial— se había anotado dos triunfos importantes.
El cabo Hitler comenzó entonces a proclamar en improvisados mitines que Alemania debería zanjar definitivamente sus querellascon Inglaterra y Francia (es decir, con el Mundo Occidental), y encaminar todo su esfuerzo a aniquilar al comunismo. Veía en esta dictadura el peligro peor y más auténtico contra Alemania y Europa entera.
Así nació el pensamiento básico que determinó la doctrina política de Hitler, primero, y luego de Alemania toda. Hitler consideró al pueblo ruso un conglomerado de razas ignaras dominadas porla fuerza de un núcleo marxista-judío y convertidas en un instrumento para el dominio de otros pueblos. Y consideró que Alemania debería luchar contra la URSS en defensa propia. El crecimiento del Reich a costa del suelo soviético sería la compensación material de esa lucha.
El mismo año de 1919 llegó a creer que tal política contaría con el apoyo de las naciones occidentales, también amenazadaspor la «revolución mundial» que anunciaban Lenin y los demás exegetas del marxismo. Desde entonces comenzaron, pues, a delimitarse los campos de la nueva contienda. Hitler y sus partidarios se declaraban categóricamente enemigos del movimiento político judío representado en el Oriente por el marxismo, y a la vez se declaraban enemigos de las masas soviéticas, a las que consideraban ya comoinstrumento de aquel movimiento, carentes de voluntad y destino propio.
Es curioso observar que en 1886 Nietzsche había previsto en «Más Allá del Bien y del Mal»:
«Alemania está indigesta de hebreos... Los hebreos son sin disputa la raza más tenaz y genuina que vive en Europa. Saben abrirse paso en las peores condiciones, quizá mejor que en las condiciones favorables... Un pensador que medite sobre elporvenir de Europa deberá contar con los hebreos y con los rusos como los factores más probables y seguros en la gran lucha»
Y ambos factores, que iban a probar su eficacia en «la gran lucha», fueron precisamente los dos enemigos que desde 1919 escogió Adolfo Hitler. Ya en 1912, siendo entonces acuarelista, consideraba que el problema del crecimiento de Alemania no debía resolverse restringiendola natalidad, como lo proclamaba el médico israelita Magnus Hirschfeld; la colonización interior era sólo un calmante; y en cuanto a la colonización ultramarina, la juzgaba inconveniente porque daría lugar a choques con el Imperio Británico. Esto se hallaba en pugna con su idea básica de marchar contra la URSS y no contra Occidente.
«En consecuencia —decía—, la única posibilidad hacia larealización de una sana política territorial reside para Alemania en la adquisición de nuevas tierras en el Continente mismo... Y si esa adquisición quería hacerse en Europa, no podía ser en resumen sino a costa de Rusia. Por cierto que para una política de esa tendencia, había en Europa un solo aliado posible: Inglaterra»[1].
Posteriormente, al escribir la segunda parte de «Mi Lucha», Hitler entró enmás pormenores respecto a su idea de frustrar la absorción marxista de Rusia y de que el crecimiento de Alemania se hiciera a costa de las vastas extensiones territoriales soviéticas.
«La pretensión —añadía— de restablecer las fronteras de 1914 constituye una insensatez política de proporciones y consecuencias tales, que la revelan como un crimen.
»No debe olvidarse jamás que el judío...
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