tom soyer
-¡Hola, amigo! -dijo el loro-. ¿Quieres rico pan con leche?
Creyó que el loro se burlaba; pero como tenía hambre,el tigre le dijo: “¡Bueno! ¡Pero acércate más, que soy sordo!”. Mentía: quería comérselo. El loro se acercó y el tigre lanzó un zarpazo con las uñas. No lo mató, pero le arrancó las plumas y la cola.Gritó de dolor y voló, pero tropezando y cayéndose. Por fin, llegó a casa y se miró en el espejo. Era un feísimo loro pelado. Voló, entonces, hasta el hueco de un eucalipto y se escondió en el fondo,tiritando de frío y de vergüenza. En casa, todos lo extrañaban. Lo llamaban y no respondía. Creyeron, entonces, que había muerto y se echaron a llorar. Pero él seguía en su escondite, pues las plumastardaban en crecer. Hasta que un día, todos -a la hora del té- lo vieron entrar, balanceándose como si nada. Rieron y lloraron, alabando la belleza de sus plumas sin saber que eran nuevas. Luego,Pedrito le contó todo a su amo. Y este, muy molesto, le dijo: “Necesitaba una piel de tigre para la estufa, y qué mejor si la obtengo gratis”. Cogió su escopeta y emprendieron la caza. Pedrito debíaentretenerlo para que él pudiera cazarlo. -¡Rico té con leche! -dijo Pedrito al llegar a la morada del tigre. y el tigre, enojadísimo, al reconocer al loro pelado, repitió: -¡Acércate más! ¡Soy sordo!...
Regístrate para leer el documento completo.