"tomando envion"
Páginas: 18 (4481 palabras)
Publicado: 1 de julio de 2013
Desde ahí, donde no hay nada –
hacia allá, donde algo pase:
“tomando Envión”
Material de circulación -interna y externa- para contribuir al desarrollo de un dispositivo enmarcado para la tarea Envión.
Gestado en el ET de la sede El Dorado, González Catán, La Matanza
Matías HONIGMAN
Junio 2012
Introducción: estado del arte
En unos pocos meses nuestra sede “El dorado”del Programa Envión, en González Catán, cumple dos años de vida. La ocasión de escritura de estas líneas se motiva: además de la efeméride, alguna transmisión socializada e interpelación a compañeros presentes y a los que nos sucederán en esta tarea que es vivida y pensada desde cierta sensación pionera. Seguimos considerando fundamentales el ejercicio colectivo e individual de la historización,las preguntas a los porqué y los paraqué de nuestras prácticas y la elaboración de aportes a nacientes formas teóricas de entenderlas.
Contamos con dos escritos producidos al calor del trabajo cotidiano en nuestra sede –dispositivo pomposamente bautizado como “Unidad Barrial Territorial” en nuestros documentos oficiales- que elegimos que nos sirvan como momentos en nuestra teorización. Estaelección es expresión de un posicionamiento político-ideológico de valorización de nuestra experiencia -y capacidades reflexivas- como operadores y técnicos de un Programa Social que no tiene antecedentes que marquen con manuales protocolares una tarea o forma de trabajar “standard”. Que -además- puede ser bastante estresante y desilusionante.
Son textos que observan con cristales en un primermomento –y en apariencia- distintos las delimitaciones de las causas de los estados críticos del desarrollo de nuestra actividad. Pensaremos en clave dialéctica: movimiento de instancias, tésis-antítesis. Propondremos una tentativa síntesis.
En el primero de ellos1, redactado en Octubre/2011 se proponía un título para pensar una cierta periodización: transitábamos un “período de resistencia”que definíamos como consecuencia de una “fragilidad edilicia y simbólica de la sede” a la que debíamos enfrentar –sin que nos gane en la partida ninguna pasión triste- y oponerle una construcción que realice una re-fundación. La problemática tenía algo de filosófica: ¿cómo hacer para que algo sea? Entre tanta sensación de desierto, ¿cómo plantar?
El segundo2 critica esta noción. Propone queentender lo que le pasa a nuestra tarea como un “resistir” nos haría desorientar y así, malgastar nuestras energías y seguramente fracasar. Se me viene a la cabeza ladrarle al árbol equivocado, una expresión idiomática en inglés; quizás una prima castellana de esta pueda ser gastar pólvora en chimangos. “(…) en estos últimos tiempos de “resistencia” la problemática de la sede no fue en ningúnsentido la problemática de los jóvenes que asisten a ella, y el término no hace más que corroborar esta inferencia” (p.4). Seguramente, los jóvenes con los que queremos trabajar –en principio, esos alrededor de 120 que están en nuestra base de datos- no están “resistiendo” –o no son los que están resistiendo, si hubiera alguien que sí. ¿Quiénes resisten? ¿Qué están resistiendo? ¿Qué querrá decirresistir? ¿De qué y quiénes estamos hablando?
Por el contrario, Pablo plantea que “las necesidades del barrio y de los jóvenes son los aspectos que deben orientar los caminos para la práctica” (p.4). No más la idea de –solamente- la puesta de nuestros propios cuerpos, la puesta como el poner algo, como una medida algo religiosa a lo mejor, si pensamos en el asunto de poner la otra mejilla. Pienso quémío hubo ahí y lo ramifico: era como una recibir pasivo de una “violencia bizarra”, como decíamos entonces. Tan bizarra que la metáfora bíblica se agotaba rápidamente: como seguimos con licencia poética inventamos que en esas circunstancias solíamos no encontrarnos con ninguna garantía de intervención “divina” en ninguna forma. Me pregunto si la afirmación Dios no estuvo ahí donde nací3 no...
Desde ahí, donde no hay nada –
hacia allá, donde algo pase:
“tomando Envión”
Material de circulación -interna y externa- para contribuir al desarrollo de un dispositivo enmarcado para la tarea Envión.
Gestado en el ET de la sede El Dorado, González Catán, La Matanza
Matías HONIGMAN
Junio 2012
Introducción: estado del arte
En unos pocos meses nuestra sede “El dorado”del Programa Envión, en González Catán, cumple dos años de vida. La ocasión de escritura de estas líneas se motiva: además de la efeméride, alguna transmisión socializada e interpelación a compañeros presentes y a los que nos sucederán en esta tarea que es vivida y pensada desde cierta sensación pionera. Seguimos considerando fundamentales el ejercicio colectivo e individual de la historización,las preguntas a los porqué y los paraqué de nuestras prácticas y la elaboración de aportes a nacientes formas teóricas de entenderlas.
Contamos con dos escritos producidos al calor del trabajo cotidiano en nuestra sede –dispositivo pomposamente bautizado como “Unidad Barrial Territorial” en nuestros documentos oficiales- que elegimos que nos sirvan como momentos en nuestra teorización. Estaelección es expresión de un posicionamiento político-ideológico de valorización de nuestra experiencia -y capacidades reflexivas- como operadores y técnicos de un Programa Social que no tiene antecedentes que marquen con manuales protocolares una tarea o forma de trabajar “standard”. Que -además- puede ser bastante estresante y desilusionante.
Son textos que observan con cristales en un primermomento –y en apariencia- distintos las delimitaciones de las causas de los estados críticos del desarrollo de nuestra actividad. Pensaremos en clave dialéctica: movimiento de instancias, tésis-antítesis. Propondremos una tentativa síntesis.
En el primero de ellos1, redactado en Octubre/2011 se proponía un título para pensar una cierta periodización: transitábamos un “período de resistencia”que definíamos como consecuencia de una “fragilidad edilicia y simbólica de la sede” a la que debíamos enfrentar –sin que nos gane en la partida ninguna pasión triste- y oponerle una construcción que realice una re-fundación. La problemática tenía algo de filosófica: ¿cómo hacer para que algo sea? Entre tanta sensación de desierto, ¿cómo plantar?
El segundo2 critica esta noción. Propone queentender lo que le pasa a nuestra tarea como un “resistir” nos haría desorientar y así, malgastar nuestras energías y seguramente fracasar. Se me viene a la cabeza ladrarle al árbol equivocado, una expresión idiomática en inglés; quizás una prima castellana de esta pueda ser gastar pólvora en chimangos. “(…) en estos últimos tiempos de “resistencia” la problemática de la sede no fue en ningúnsentido la problemática de los jóvenes que asisten a ella, y el término no hace más que corroborar esta inferencia” (p.4). Seguramente, los jóvenes con los que queremos trabajar –en principio, esos alrededor de 120 que están en nuestra base de datos- no están “resistiendo” –o no son los que están resistiendo, si hubiera alguien que sí. ¿Quiénes resisten? ¿Qué están resistiendo? ¿Qué querrá decirresistir? ¿De qué y quiénes estamos hablando?
Por el contrario, Pablo plantea que “las necesidades del barrio y de los jóvenes son los aspectos que deben orientar los caminos para la práctica” (p.4). No más la idea de –solamente- la puesta de nuestros propios cuerpos, la puesta como el poner algo, como una medida algo religiosa a lo mejor, si pensamos en el asunto de poner la otra mejilla. Pienso quémío hubo ahí y lo ramifico: era como una recibir pasivo de una “violencia bizarra”, como decíamos entonces. Tan bizarra que la metáfora bíblica se agotaba rápidamente: como seguimos con licencia poética inventamos que en esas circunstancias solíamos no encontrarnos con ninguna garantía de intervención “divina” en ninguna forma. Me pregunto si la afirmación Dios no estuvo ahí donde nací3 no...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.