Tomas De Aquino, Perperpitva Universitaria
Redacción original del Dr. Alberto Cárdenas Patiño, Profesor del Studium Generale de los Dominicos de Colombia. Edición de Fr. Nelson Medina F., O.P. 1. El Contexto Histórico De La Visión Tomista Del Hombre 2. La concepción tomista del hombre 2.1 La dimensión cosmológica 2.2 La emergencia del fenómeno humano 2.3 La originalidad de las actividades del hombre2.4 La unidad del hombre 2.5 Positividad de la dimensión corporal (materialismo tomista) 2.6 Cómo el hombre conoce el mundo 2.7 El hombre, ser personal 2.8 Cómo el hombre se conoce a sí mismo (o la subjetividad) 2.8.1 La persona, ser autónomo 2.8.2 La persona, ser "abierto" 2.8.3 Persona y alteridad 2.8.4 La sociedad política como persona 3. Peripecias De La Concepción Tomista Del Hombre Eltomismo, aun sin ser la única filosofía cristiana, ha sido recomendada por la Iglesia como una de las más fieles al verdadero espíritu cristiano. Contra el falso "espiritualismo puro", que se traduce en conservadurismo en todos los órdenes, negado al devenir social, la concepción tomista del hombre restablece "la dimensión esencial del hombre que no pudo conseguir la eternidad otra forma que en eltiempo y que, en realidad, no se consquista a sí mismo sino entrando en el movimiento de la historia donde se haya proyectado por su vida social." (M. D. Chenu, Hacia una teología del trabajo, Estela, Barcelona, l960, p.65).
1. El Contexto Histórico De La Visión Tomista Del Hombre
Según la Semiótica contemporánea, al intentar la interpretación de un cuerpo de signos, un texto filosófico, porejemplo, no basta con el análisis semántico (qué significan las oraciones, qué ideas trasmiten, qué problemas lógicos o epistemológicos suscitan) es preciso aún el análisis pragmático, que investigan por las relaciones de los signos y los hombres que los crean o los usan en determinadas circunstancias históricas, en funcion
determinadas necesidades o interes. A este nivel analítico, esindispensable buscar social, cultural, políticamente... al emisor de los signos y ponerlo en relación con los receptores directos o indirectos de los mismos. A esto se refiere Pablo VI cuando escribe el Maestro General de los dominicos, con ocasión del VII centenario de la muerte de Tomás de Aquino: Para formarse un sitio exacto del valor perenne del magisterio de Tomás en la iglesia y en el mundo de lacultura no basta conocer de modo directo y completo sus textos; es preciso tambien tener en cuenta el contexto histórico y cultural que vivió y llevó a cabo su obra de maestro y escritor. No podemos comprender realmente lo que los hombres han pensado haciendo caso omiso de su circunstancia, como si sus discursos fuesen simplemente producto de su pensar, sin compromiso con los intereses y las luchas desu tiempo. Y menos aún podemos comprender a un filósofo como Tomás de Aquino, para quien el conocer era previo al pensar, para quien el filosofar era un oficio más en el concierto de los oficios de los burgos y las ciudades, un oficio enderezado ante todo a descubrir el sentido de la actividad humana. Fue precisamente Tomás uno de los pensadores medievales que más se aproximo a los problemas de sutiempo, al fomentar la "Disputa Cuodlibética", a partir de los problemas cotidianos de los asistentes. Conviene recordar aunque sean los rasgos esenciales de ese agitado siglo XIII, el siglo en que los valores de la sociedad feudal empiezan a deteriorarse definitivamente ante el empujo revolucionario de las ciudades (burgos, cités), donde se gestaba un nuevo tipo de hombre y un nuevo estilo devida social, económica y política, que irían a transformar en menos de dos siglos la fisonomía de Europa, las corporaciones de mercaderes y artesanos; las corporaciones de maestros y estudiantes; las confederaciones de ciudades; la alianza con lo principios que reivindicaban su poder político frente a los señores...: he ahí lo que hacía los burgos y los cités inexpugnables baluartes antifeudales....
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