Tomas De Aquino

CÁPITULO 2
LA FELICIDAD HUMANA

2.1 LA FELICIDAD DEL HOMBRE NO CONSISTE EN LO QUE EL MUNDO LE OFRECE.
Santo Tomás de Aquino es muy enfático, por decirlo así, en decir que la felicidad del hombre, no está ni puede estar en lo que el mundo le ofrece, o en los placeres mundanos, es decir ni en los honores, ni en lo corporal1 ni en actos de la voluntad, dicho de otro modo la felicidad delhombre esta puesta en algo que va mas allá de lo que nosotros podemos imaginar, pero que de igual manera es el último fin al que el hombre debe encaminarse; pues para Santo Tomás de Aquino todos los hombres oran por un fin, y que los diversos fines pueden ser, a su vez, medios para la obtención de otro fin, formando una cadena o una serie de cadenas que se unen en una cúspide constituida por el finúltimo, que es para todos los hombres, tal como sostenía Aristóteles, la Felicidad2. Es aquí pues evidente y no lo deja muy claro Santo Tomás cuando dice que la felicidad es ese fin último, por tanto asimilamos que esa felicidad, no es en lo mundano, ni está en este mundo. Porque – sigue afirmando Tomás- la felicidad debe tener carácter de fin último y supremo bien, al cual se ordena el hombre porprincipios interiores, sin sombra de mal, plenamente saciativo por lo cual una vez logrado, no se desee nada más, porque aquieta todo apetito3.
Además el hombre no puede poner o sentirse feliz en lo mundano, porque no puede encontrar la felicidad, en algo que es inferior a él4 porque si el hombre llegase a poner la felicidad en algo inferior a él, esto no sería felicidad, sino una delectación.
¿Yes qué el hombre puede deleitarse? Claro que si puede deleitarse el hombre, es más, el hombre puede hacer buen uso por así decirlo de esas deleitaciones, es decir, puede divertirse, puede encontrar placer en ellas, pero así tampoco encuentra el hombre su felicidad, pues no dejan de ser delectaciones, y además se corre el peligro de que haga uso excesivo de esas__________________________________________________
* 1 AQUINO, Santo Tomás de. Suma contra los gentiles. Libro III. Pág.80. Buenos Aires. 1951. Ed. Club de lectores.
* 2 http://www.zenit.org/article-35767?l=spanish
* 3 http://jorgesse.blogspot.com/2010/09/la-felicidad-en-santo-tomas-de-aquino.html.
* 4. AQUINO, Santo Tomás de. Op. Cit. Pág. 81.
delectaciones, y las convierta en vicios, y es evidente que siesto es un vicio es dañino al hombre, y allí no puede haber felicidad5.
Igualmente Santo Tomás de Aquino nos habla de las riquezas diciendo que estas no pueden ser sino para satisfacer el cuerpo, pero se puede decir que no es prohibido al hombre ser rico, pues Tomás aquí nos recuerda una enseñanza evangélica6, pues dice que la riquezas del hombre son verdaderamente provechosas, cuando somoscapaces de desprendernos de ellas7.
2.2 LA FELICIDAD DEL HOMBRE NO CONCISTE EN VANAGLORIARSE A SI MISMO
Hemos dicho pues en el numeral anterior como la felicidad del hombre, no está en lo mundano, en lo corporal, expresado de otra manera la felicidad del hombre, no está en lo que el mundo le ofrece. Ahora bien, hemos de mirar ahora como la felicidad del hombre, tampoco está en vanagloriarse a símismo, o en buscar honores, y es aquí también donde podríamos encontrar cierta similitud con San Agustín y podremos en cierta manera empezar a cuestionarnos sobre cuál es la verdadera felicidad del hombre. Dice pues San Agustín: “También el honor temporal y el poder mandar y dominar tienen su atractivo, de donde nace la avidez de venganza. Sin embargo, para conseguir todas estas cosas no es necesarioabandonarte a ti, ni desviarse un ápice de tu ley”8. Vemos pues como hay cierta similitud, y como coinciden en cuál es la verdadera felicidad del hombre, pues esta, no está en buscar honores para uno sino para Dios.
Santo Tomás de Aquino habla pues de que el hombre no debe buscar por así decirlo de los honores, en bien propio, por vanagloriarse, por ser mejor que los demás, pues este no sería...