Tono
CARTA QUINTA
LA VERDAD COMO INSPIRACIóN
Querido Carlos:
Coincidirás conmigo en que en el mundo ha cundido una mentalidad según la cual la verdad no puede ser absoluta, capaz de desafiar el paso del tiempo, válida paca todos los hombres. Semejante «imagen» (no podemos llamarla otra cosa) de una verdaduniversal recordaría demasiado a los temidos sistemas de los que te hablé en cartas anteriores. Nadie se apunta a un dogma que aprisionaría nuestra libertad de pensamiento y de acción. En esta carta quisiera criticar esta equivocada visión de la verdad.
El relativismo de hoy está en parte fundado sobre un falso dilema entre una supuesta verdad absoluta y la libertad. Una verdad absoluta sería algo que laautoridad me impone, sin fisuras, ni flancos criticables, perfectamente monolítica en su redondez. Algo asfixiante, como te vengo diciendo. Pero aquí late el equívoco. Es una pseudoidea de la verdad. La auténtica es universal,pero no absoluta. Son dos cosas completamente distintas. La una, propia de los clásicos, la otra, de la modernidad. Resulta, en efecto, paradójico que la época histórica queha defendido más la libertad haya sido capaz, simultáneamente, de crear sistemas de verdades absolutas que han contribuido notablemente al relativismo, al escepticismo y a la crisis generalizada de la noción misma de verdad.
La confusión de verdades absolutas y universales se debe a un defectuoso conocimiento de los pensadores clásicos, a los que se interpreta como si fueran sistemáticos, esdecir, modernos. Esto es fabricarse un adversario inexistente, «a la medida». Tal es la estrecha e indocumentada visión de algunos ilustrados de tercera fila e ideólogos de poca monta. Los antidogmáticos suelen imaginar que toda verdad universal es profesada como absoluta, siendo así que la una es abierta, y la otra cerrada, la una admite y reclama sucesivos enriquecimientos, y la otra carece detodo progreso y mutación; aquélla se enriquece a lo largo de una historia de descubrimientos intelectuales, ésta conforma como un molde la mentalidad del que la posee, de tal modo que la realidad y su percepción se confunde. Con lo que sigue verás en parte satisfecha tu curiosidad acerca de esa verdad universal que algunos modernos parecen desconocer.
Lo que llamo relativismo es más bien unaactitud teorizada. Tal actitud es, esencialmente, crítica. Criticar es poner en tela de juicio cualquier aserto tenido por inamovible. Ya Descartes estableció como criterio de verdad la claridad y la evidencia con que se muestran las cosas a mi razón. Si algo es oscuro, en ello anida el error. Aclarémoslo. La razón es poderosa en su capacidad de esclarecimiento.
Tal es la actitud de los ilustradosfrente al mundo de su tiempo. Y la época moderna ha sido digna heredera de tal actitud. La crítica forma parte medular de meritorios persadores como Karl Popper. Oirás grandes alabanzas de él por su defensa de la libertad. Es el «núcleo blando» de su pensamiento, que yo no tengo inconveniente en asumir. Pero el «núcleo duro» me ofrece reparos de los que ya te hablé en otra ocasión.
Me apunto elprimero a ser crítico. Hay demasiadas desgracias en el mundo para conformarse con ellas. Pero una cosa es ser crítico, y afirmar que puntos de vista diferentes, y aun opuestos, contienen siempre verdades razonables, y otra bien distinta es sostener que no hay verdad universal, pues cada uno encontramos una versión de ella que sólo nos sirve a nosotros. Hoy la mayoría de los críticos suelenrechazar las verdades universales confundiéndolas con las verdades absolutas. Lo que llamo relativismo. Qué puede ser entendido por verdad universal lo deducirás de cuanto sigue: una verdad acumulable por muchos, porque pertenece a todos.
Me dirás que una cosa son las verdades de la ciencia y otra mis criterios prácticos de conducta, basados en una libertad de conciencia que nadie me puede quitar....
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