Tormento

Páginas: 339 (84586 palabras) Publicado: 10 de mayo de 2015
Benito Pérez Galdós

Tormento

-IEsquina de las Descalzas. Dos embozados, que entran en escena por opuesto lado, tropiezan uno
con otro. Es de noche.
EMBOZADO PRIMERO.- ¡Bruto!
EMBOZADO SEGUNDO.- El bruto será él.
-¿No ve usted el camino?
-¿Y usted no tiene ojos?... Por poco me tira al suelo.
-Yo voy por mi camino.
-Y yo por el mío.
-Vaya enhoramala. (Siguiendo hacia la derecha.)
-¡Qué tío!
-Site cojo, chiquillo... (Deteniéndose amenazador) te enseñaré a hablar con las personas mayores.
(Observa atento al embozado segundo.)
Pero yo conozco esa cara. ¡Con cien mil de a caballo!... ¿No eres tú...?
-Pues a usted le conozco yo. Esa cara, si no es la del Demonio, es la de D. José Ido del Sagrario. [6]
-¡Felipe de mis entretelas! (Dejando caer el embozo y abriendo los brazos.) ¿Quién te habíade
conocer tan entapujado? Eres el mismísimo Aristóteles. ¡Dame otro abrazo... otro!
-¡Vaya un encuentro! Créame, D. José; me alegro de verle más que si me hubiera encontrado un
bolsón de dinero.
-¿Pero dónde te metes, hijo? ¿Qué es de tu vida?
-Es largo de contar. ¿Y qué es de la de usted?
-¡Oh!... déjame tomar respiro. ¿Tienes prisa?
-No mucha.
-Pues echemos un párrafo. La noche está fresca, yno es cosa de que hagamos tertulia en esta
desamparada plazuela. Vámonos al café de Lepanto, que no está lejos. Te convido.
-Convidaré yo.
-Hola, hola... Parece que hay fondos.

Benito Pérez Galdós

Tormento

-Así, así... ¿Y usted qué tal?
-¿Yo? Francamente, naturalmente, si te digo que ahora estoy echando el mejor pelo que se me ha
visto, puede que no lo creas.
-Bien, Sr. de Ido. Yo habíapreguntado varias veces por usted, y como nadie me daba razón, decía:
«¿qué habrá sido de aquel bendito?».
Entran en el café de Lepanto, triste, pobre y desmantelado establecimiento que ha desaparecido ya
de la Plaza de Santo Domingo, sin dejar [7] sombra ni huella de sus pasadas glorias. Instálanse en
una mesa y piden café y copas.
IDO DEL SAGRARIO.- (Con solemnidad, depositando sobre la mesa sus doscodos como objetos
que habrían estorbado en otra parte.) Tan deseosos estamos los dos de contar nuestras cuitas y de
dar rienda suelta al relato de nuestras andanzas y felicidades, que no sé si tomar yo la delantera o
dejar que empieces tú.
ARISTO.- (Quitándose la capa y poniéndola muy bien doblada en una banqueta próxima a la suya.)
Como usted quiera.
-Veo que tienes buena capa... Y corbata conalfiler como la de un señorito... Y ropa muy decente.
Chico... tú has heredado. ¿Con quién andas? ¿Te ha salido algún tío de Indias?
-Es que tengo ahora, para decirlo de una vez, el mejor amo del mundo.
Debajo del sol no hay otro, ni es posible que lo vuelva a haber.
-¡Bien, bravo! Un aplauso para ese espejo de los amos. ¿Pero es tan desordenado como aquel D.
Alejandro Miquis?
-Todo lo contrario.-¿Estudiante?
-(Con orgullo.) ¡Capitalista!
-Chico... me dejas con la boca abierta. ¿Es muy rico?
-Lo que tiene... (Expresando con voz y gesto la inmensidad) no se acierta a contar.
-¡Otra que tal! ¿No te dije que Dios se había [8] de acordar de ti algún día?.. Y dime ahora con
franqueza: ¿cómo me encuentras?
-(Sin disimular sus ganas de reír.) Pues le encuentro a usted...
-(Con alborozo y soltandodel inferior labio hilos de transparente baba.) Dilo, hombrecito, dilo.
-Pues le encuentro a usted... gordo.
-(Con inefable regocijo.) Sí, sí; otros me lo han dicho también.
Nicanora asegura que aumento dos libras por mes... Es que la feliz mudanza de mi oficio, de mi
carrera, de mi arte de vivir, ha de expresarse en estas míseras carnes. Ya no soy desbravador de
chicos; ya no me ocupo en trocar lasbestias en hombres, que es lo mismo que fabricar ingratos.
¿No te anuncié que pensaba cambiar aquel menguado trabajo por otro más honroso y lucrativo?...
Tomome de escribiente un autor de novelas por entregas. Él dictaba, yo escribía... Mi mano un
rayo... Hombre contentísimo... Cada reparto una onza. Cae mi autor enfermo y me dice: «Ido, acabe
ese capítulo». Cojo mi pluma, y ¡ras!, lo acabo y...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • tormento
  • tormentas
  • Tormento
  • La Tormenta
  • tormento
  • tormentas
  • Tormento
  • Tormento

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS