FETICHISMO: LO SIMBÓLICO, LO IMAGINARIO Y LO REAL Jacques Lacan y Wladimir Granoff Traducción de Leonel Sánchez Trapani, tomada de http://www.acheronta.org/acheron15.htm En los estudios psicoanalíticos el fetichismo ha sufrido singular destino. A comienzos de siglo, en la primera edición de los Tres Ensayos de Sexualidad, Freud le asignó a esta práctica una posición particular en el estudio de la neurosis y de la perversión1. Esta posición especial fue re‐enfatizada en la segunda edición, donde Freud fue más lejos al apuntar que la distinción —el contraste— que parecía existir entre el fetichismo y la neurosis desaparecía cuando el propio fetichismo era sometido a un atento estudio. De hecho, el fetichismo se clasifica como una perversión y una perversión es a su vez —de acuerdo a la bien sabida fórmula— el negativo de una neurosis. Sin embargo, el fetichismo es una forma de perversión donde ningún contraste con la neurosis puede hallarse. Freud mismo recomienda el estudio del fetichismo a todos quienes deseen comprender el miedo a la castración y el complejo de Edipo. Tanto para los discípulos como para los detractores del psicoanálisis, la importancia atribuida al complejo de Edipo ha sido siempre la piedra fundamental de la actitud global que uno tenga hacia el análisis. Tenemos, luego, que no se han escatimado esfuerzos para hacer notar la importancia del fetichismo. ¿Con qué resultado? El período que va desde 1910 hasta los últimos años no ha sido muy abundante en estudios sobre el tema; sólo puede contarse una media docena de contribuciones importantes. Freud volvió dos veces al tema en un intervalo de 11 años y en cada ocasión de una manera muy especial2. Leyendo sus artículos uno intuye que el mismo Freud se preguntaba si la gente realmente captaría de qué estaba hablando.3 Es útil recordar, a este respecto, que uno de los últimos fragmentos no finalizados por Freud trata del fetichismo. Ya que durante su vida fue siempre él quien invariablemente marcó los nuevos rumbos del análisis no es traído de los pelos ver en este artículo una premonición de la dirección que el pensamiento
Abraham, Karl, “Observaciones sobre el psicoanálisis de un caso de fetichismo de pie y de corsé” (1910) en Obras escogidas, Londres, 1927.2 Freud, Sigmund, “Fetichismo” (1927) en International Journal of Psychoanalysis, Vol. IX, 1928. 3 Freud, Sigmund, “Escisión del yo en el proceso de defensa” (1938) en International Journal of Psychoanalysis, Vol. XXII, 1941.
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psicoanalítico inevitablemente iría a tomar en el período de post‐guerra. A saber—el estudio del yo. Porque en los estudios psicoanalíticos de los últimos diez años —si bien hay diferencias de acuerdo a tradiciones varias, gustos, predilecciones, estilos y escuelas psicoanalíticas en cada país— el estudio del yo es ciertamente la preocupación primaria.4 Durante el mismo período, han reaparecido trabajos sobre el fetichismo. Porque, como Freud recomendaba, el estudio del fetichismo es y sigue siendo de lo más instructivo para cualquiera que se centre en la dinámica edípica de modo de poder entender más plenamente qué es el yo. Con el objeto de aclarar nuestras ideas a la vez que indicar la orientación principal de nuestro artículo, debemos, en primer lugar, recordar que el psicoanálisis, el cual nos permite una visión más profunda de la psique de los niños que cualquier otra ciencia, fue descubierto por Freud mediante la observación de adultos —más precisamente escuchándolos, o mejor dicho, escuchando su discurso. En efecto, el psicoanálisis es una “cura del habla”. Traer a memoria tales verdades generalmente aceptadas puede parecer una imposición al ...
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