Trabajo sobre Napoleón y su interés por la ciencia


El universo copernicano-newtoniano Juan Jesús González Reina


El presente ensayo sobre la relación existente entre Napoleón y la ciencia decimonónica no debe entenderse como una simple amalgama de nombres y conceptos científicos sino que,más bien,debe ser entendido como la interactuación de todos los actores de la obra científica cuyos actores más destacados representan una obra deexcepcional categoría en el amplio escenario de la ciencia del s.XIX.Por tanto,el análisis a desarrollar,aunque su objeto de estudio es prácticamente infinito,será muy somero en comparación con la efervescencia científica que se vivió en época napoleónica toda vez que la denominada “revolución francesa” llegó a su fin.En este sentido,son muchos los actores que participan en la representacióncientífica,ejerciendo de director teatral el propio Napoleón Bonaparte (1769-1821),uno de los políticos de todos los tiempos que con mayor intensidad se relacionó con la ciencia.Por ello,incuestionablemente,es imprescindible comenzar hablando tanto de su persona como del “imperio de las ciencias” que intentó construir lo que no significa que este análisis sea rígido sino que pretende configurarse como unaclara interactuación entre actores,director de la obra,escenario y,por supuesto,público asistente.
Entrando en materia,es difícil señalar un personaje que se haya hecho un hueco en la historia política de la humanidad con una relación tan intensa con el ámbito científico como el gran corso.Su biografía muestra un inconmensurable interés mostrado por la ciencia y ahonda en las relacionesestrechadas con científicos ilustres.De hecho,el propio Napoleón fue elegido,el día de navidad de 1797,miembro de la Sección de Mecánica de la Primera Clase (“Ciencias físicas y Matemáticas”) del instituto nacional de Ciencias y Artes (instituto de Francia),creado en 1795 para sustituir a la academia francesa y otras academias reales,la de Ciencias entre ellas,abolidas en 1793 por la Convenciónrevolucionaria como viejos testigos de la monarquía contra la que se habían alzado.Y es que eran años convulsos para el país galo puesto que,en la Commission des Sciences et Arts d’Egypte,disminuyó el papel relevante que tenían los naturalistas y marinos frente a la preponderancia de científicos y técnicos procedentes de la Ecole Polytechnique,de la Ecole des Ponts et des Chaussées,de la Ecole des Mines,delConservatoire des Arts et Métiers y de la Ecole National Aerostatique.Con la constitución de la comisión,la ciencia se ponía al servicio de un cuerpo expedicionario de 36.000 hombres,con el objetivo ineludible de ayudar al conocimiento y conquista de territorios concretos,en este caso Egipto.
Dentro de la Comission,y a imagen del instituto de Francia,se creó en agosto de 1798 el Institutd’Egypte,que incluía a los individuos de mayor prestigio agrupados en cuatro secciones (matemáticas,física,economía política y literatura y artes),con un total de 36 miembros.Los objetivos a cumplir por parte del instituto eran tres (el progreso y la propagación de las luces en Egipto;la búsqueda,el estudio y la publicación de hechos naturales,industriales e históricos de Egipto y,por último,debía otorgarsu opinión sobre las diferentes cuestiones sobre las que fuese consultado por el gobierno).De este modo,los expedicionarios científicos realizaron,entre 1798 y 1801,una impresionante labor en las diversas tareas encomendadas por los mandos militares (en primer lugar,Napoleón y,tras su vuelta a Francia después del fracaso de la campaña de Siria,por Kléber y Menou) y que ellos mismos seleccionaron enrelación con sus propios intereses.En esta ingente tarea,se pueden distinguir de forma evidente dos momentos : en la primera época,los miembros del Institut y los restantes expedicionarios científicos se dedicaron,fundamentalmente,a desarrollar y completar trabajos ya comenzados en tierras francesas pero,más tarde,fue el mismo Egipto el que se convirtió en tema de investigación,apareciendo...