Trabajo social
Pero no es tan sólo por este desamparo por los cuales algunos fenómenos contemporáneos son intraducibles, sino que por sus rasgos micropolíticos, que están más próximos a la vida desnuda, es decir, a sus resonancias con lo intolerable para el Estado, para la razón calculadora, a sus estelas que lo hacen ligar con lo imposible, dotan a estosacontecimientos de una legitimidad innegociable con los órdenes del pacto, el acuerdo, la inclusión, de la política representativa.
Es en este sentido, que en los investigadores que analizan estas construcciones sociales, (la mayoría de veces sociólogos de diversas orientaciones teóricas, son los que de cierta han otorgado menor o mayor potencia a estas expresiones plurales) se cierne toda unainstancia que puede reducir, en el primer caso, las dimensiones políticas de estas acciones, o en el segundo, legitimar concpetualmente una experiencia política y compartida, donde se agencian deseos, intereses, expectativas, negociaciones y decisiones.
La primer señal de Melucci que nos insinúa en el texto, es llamar la atención sobre la ausencia de herramientas analíticas y políticas paracomprender las implicaciones de los sujetos y colectivos y sus posibilidades y límites en la acción colectiva. Señala el autor que las dos tradiciones teóricas – el marxismo y la sociología funcionalista – que han bordeado la cuestión de la acción, descuidan las relaciones de fuerza, las aporías y las tensiones que se emplazan en estos sistemas de acción.
Algunos de los análisis sobre la accióncolectiva que Melucci esboza, suponen una suerte reduccionismo metodológico y analítico, donde muestra que la emergencia de estos movimientos se encuentran circunscritos como dato empírico, unitario y homogéneo a expresiones que para el autor son fruto de lo diverso y de variadas tensiones. Es así como Melucci apunta a que “la teoría de la acción necesita un desplazamiento desde las generalizacionesempíricas a las definiciones analíticas”.
Para Melucci, los movimientos son un modo de la acción colectiva, un sistema de acción que supone una pluralidad de dimensiones, que hacen que en términos analíticos la complejidad sea asumida en todos sus componentes. Las cuestiones que emergen son entonces, los móviles de la acción, la implicación de los sujetos, la construcción del nosotros en la acción,las dimensiones políticas de la acción colectiva, los modos de estar juntos, la red de relaciones afectivas, lo que subyace a una expresión concreta de un movimiento, el cómo se gesta una acción y por qué, entre otras.
Los movimientos son también construcciones sociales e históricas, con propósitos y expectativas diversas, asunto que hace tan complejo su análisis y sus posibilidades deconceptualización. La estrategia que Melucci sugiere para analizar los movimientos sociales, es descomponer la unidad como son denotadas sus acciones y mirar la multiplicidad que recorre el cuerpo de los movimientos. Los movimientos están compuestos por procesos, tensiones, conflictos, actores concretos y formas de acción, pero fundamentalmente por la creación colectiva y en la acción del nos-otros, que esun nos, el entre, y los otros, lo que es irreductible a aquel. Es en el nosotros y no en la sujeto donde cobra fuerza la acción colectiva y la política. Si queremos avistar un modo fecundo de acción colectiva y política, nuestra primera apuesta sería necesariamente, construir este nos-otros. Esto, pienso yo, exige tiempo, experimentación y pensamiento. El nosotros va surgiendo en la medida de lacoimplicación, la exposición compartida y la vivencia común de experiencias intensas que liguen tanto el entre, lo entrañable, con lo que lo interrumpe, el afuera, lo extraño.
Los tres vectores de análisis, interdependientes, que Melucci plantea para una teoría de la acción son los siguientes: fines, medios y el campo. El primero es el sentido de la acción que comporta para el sujeto, el...
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