Trabajo
El 18 de julio de 1994 se produjo el mayor atentado terrorista de la historia de la Argentina: una bomba destruyó el edificio de la AMIA (Asociación Mutual IsraelitaArgentina) en el que murieron 86 personas. Este informe inicia una serie de notas y entrevistas con la finalidad de ofrecer un seguimiento de la evolución del caso.
"Justicia, justicia perseguirás". Un documento testimonial aportado por Memoria Activa.
Todo hacía suponer, especialmente a las 9:50 de esa fría mañana de invierno en Buenos Aires, que se trataba de un lunes más en la vida de losargentinos. Los principales diarios privilegiaban, como la gran noticia del día, el triunfo de Brasil en la final del Campeonato Mundial de fútbol, organizado en los Estados Unidos. También se informabauna veda de autos en el centro de Buenos Aires. Otras noticias que se repetían en la tapa de los matutinos eran: la derrota de equipo argentino de tenis en la Copa Davis, y la muerte de SebastiánPiana, uno de los grandes creadores de tango. Clarín, el diario de mayor circulación en el país, dedicaba un informe especial a la reforma que se estaba efectuando de la Constitución Nacional, y La Naciónanunciaba la realización de un censo económico y del choque armado entre palestinos e israelíes.
Tres minutos habían pasado, tan solo tres, cuando el arquitecto Andrés Malamud, a cargo de lasrefacciones de la AMIA, Asociación Mutual Israelista Argentina, recorría e inspeccionaba las obras y el albañil David Barriga iba al fondo del segundo piso para terminar unos detalles. Sebastián Barreiro, de5 años se dirigía al Hospital de Clínicas de la mano de su mamá, por la calle Pasteur, mientras que Romina Ambar Luján Bolan iba camino a la facultad y Jorge Lucio Antúnez le llevaba un café a uncliente. Sin embargo, ninguno llegó a destino. Ellos forman parte de las 86 víctimas del más sangriento atentado terrorista en la historia argentina. Exactamente a las 9:53 del lunes 18 de julio de...
Regístrate para leer el documento completo.