Trabajo
Elena de Miguel
Universidad Autónoma de Madrid
Disponible en: http://www.ucm.es/info/circulo/no4/demiguel.htm
1. El lenguaje jurídico-administrativo: consideraciones generales
El lenguaje administrativo es la lengua empleada por los órganos de la Administración del Estado tanto en sus relaciones internas comoen su relación con los administrados. Lo normal es que se manifieste de forma escrita, a través de variadísimos documentos (actas, anuncios, circulares, citaciones, convocatorias, disposiciones, estatutos, formularios, notificaciones, oficios y otras muchas modalidades).[1][1] Entre los más usados por los ciudadanos, no ya como meros receptores sino como emisores, se hallan sin duda la instancia yel contrato.
Escritos administrativos también de uso frecuente son los dictámenes, disposiciones, normativas, órdenes, regulaciones y resoluciones, que nos sitúan ya en el terreno más específico del lenguaje jurídico. En efecto, el poder ejecutivo descansa en el organismo de la Administración para hacer cumplir la legislación vigente. De ahí la estrecha relación entre los textos jurídicos ylos administrativos. El lenguaje jurídico se puede definir como la lengua empleada por los órganos de la Administración de Justicia en sus relaciones con la colectividad o con las personas físicas y jurídicas, es decir, como un tipo de lenguaje administrativo específico. Textos jurídicos son tanto los legales (la manifestación concreta de las leyes) como los judiciales (los derivados de la puestaen práctica de la legislación por parte de los profesionales del derecho).
Tanto los textos legales (leyes, decretos-ley y órdenes ministeriales, que en las sociedades democráticas son promulgados por el Parlamento) como muchos de los textos administrativos se transmiten a través del BOE, que es el medio de comunicación habitual de la Administración Pública con los ciudadanos.[2][2]
Lafrontera entre lenguaje jurídico y administrativo no está, pues, bien delimitada y hasta cierto punto el primero puede considerarse una clase especial del segundo. En consecuencia, ambos lenguajes suelen estudiarse de forma conjunta, decisión que parece sensata, puesto que comparten los recursos lingüísticos (gramaticales y léxicos) y coinciden también en los factores extralingüísticos que loscaracterizan (el canal, el emisor, el receptor y la finalidad o intención comunicativa).
En este trabajo analizaré el texto jurídico-administrativo como una entidad única e ilustraré su análisis con el ejemplo de una orden ministerial que comparte propiedades de ambos lenguajes. Y lo haré sin detenerme en la cuestión de si la lengua utilizada en este tipo de textos constituye o no un lenguajeespecífico -es decir, si existe un lenguaje específicamente jurídico-administrativo o si se trata de un uso especial de la lengua estándar por parte de la Administración (para algunos una variedad diastrática del sistema, lo que se conoce con el nombre de “lenguaje sectorial”)-.[3][3] Aunque puede ser objeto de un debate interesante, no me detendré en ello porque desde la perspectiva desde la queaquí intento abordar el texto jurídico-administrativo sí que constituye un tipo de texto específico, diferente de otros no ya por sus rasgos léxicos o gramaticales ni por ser un texto fundamentalmente narrativo, o expositivo, argumentativo o descriptivo (todo ello puede ser, dependiendo del tipo de texto y de la parte concreta de cada texto que se analice). Lo que distingue al textojurídico-administrativo es la especificidad del conjunto de factores que intervienen en su producción.
En efecto, el emisor de un texto jurídico-administrativo es un emisor bastante especial: suele ocupar una posición de dominio y suele buscar el anonimato. El receptor por lo general ocupa una posición “subordinada” con respecto al texto, que se le impone (tanto cuando es un texto preceptivo como cuando es...
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