Trabajo
Uno de los problemas con los que se enfrenta diariamente como maestro o maestra es la evaluación de sus estudiantes. Cada día tiene que enfrentar la responsabilidadprofesional de enseñar a un grupo, usualmente numeroso, una lección de matemática, historia, biología, literatura o física. Esta tarea, de por sí complicada, choca con la situación del grupo en ese momento:intereses distintos, capacidades heterogéneas en cada estudiante, la relación que ese maestro haya logrado establecer con sus alumnos y la expectativa que los estudiantes tengan con respecto a lo que seles está enseñando.
Antes de llegar a la clase, he tenido que preparar lecciónes, escoger materiales, idear estrategias para motivarlos… Durante una o dos horas estará con ellos y tendrá quepermanecer atento a la forma como se desenvuelve la sesión, llamarle la atención a algunos y verificar varias veces si están siguiendo la exposición o desarrollando las actividades que ha programado.Seguramente, hará preguntas o responderá inquietudes. La mayor parte de los maestros dejará alguna tarea para hacer en la casa y, periódicamente, tendrá que comprobar si todos han aprendido lo quepretendía enseñarles.
Este es el momento de la evaluación formal, que implica elegir una estrategia específica para indagar si los estudiantes han aprendido: puede escoger un examen breve o uno extenso,con preguntas de respuesta múltiple, o de respuesta abierta; tal vez decida hacer una interrogación oral o un trabajo por grupos; quizás les permita usar libros o les exija absoluto silencio; en fin,tiene una gama muy amplia de posibilidades para confrontar el aprendizaje. Luego llevará a su casa un gran volumen de papeles para corregir, porque no da sus clases a un solo grupo sino a varios, de talmanera que es posible que en una semana tenga que revisar muchas pruebas. Mientras lee las respuestas de los estudiantes puede sentir una gran satisfacción porque la mayoría ha dado buenos...
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