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PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Era una noche agradabilísima para todos los sentidos. La luna y las estrellas brillaban con tal fuerza y esplendor, su reflejo daba calor al género humano; se podía sentiresa brisa casi matinal que causa un “no sé qué, no sé cómo”; y oía el dulce sonido del silencio. Pasé tantas horas contemplando la belleza de este mundo, mientras recordaba y hacía resonar tu dulce vozen mi memoria.
Ahora ya estoy anciano y viejo. Y aunque te tengo a mi lado, siempre recuerdo cada noche que pasé pensando cuando hacerte la pregunta e intuyendo cuál habría de ser tu respuesta.¡Tantas noches me quitaste el sueño!, ¿Dios me ponía al lado de la más hermosa princesa, o me estaba diciendo que no era para mí? Todo era tan confuso, pero tan hermoso.
Recuerdo aquélla noche como sihubiera sido hoy: Era un 5 de mayo de 1992. Pasé toda la noche en vela, planeando cómo sería la mañana siguiente. Debo admitir que en todo el día estabas tú. Eran las 4:00 a.m. cuando decidí llamarte,para decirte que estaba afuera de tu casa; me dijiste hasta de lo que iba a morir, y como no me creíste comencé a arrojar piedritas a tu ventana, y con esa dulce sonrisa, me miraste con unos ojitosadormilados aún, abriste tu ventana y, con una voz apenas perceptible me dijiste la hora:
¿¡Acaso estás loco!? ¡Son las 4:05 a.m.!— limpiando tus ojos.
Si mi locura eres tú, ¡estoy loco!— grité.
Reías,y me aseguraste que no era un chico normal. Pues ¿qué chico, normal, levanta a una amiga a las 4 a.m.? Después de eso, te propuse con tanta prontitud una salida a las casi 4:30 de la mañana. Sugeríque usarás mi chamarra pues el clima era fresco.
Insisto, ¡estás loco!
O no habías puesto atención a mi declaración -Si mi locura eres tú, ¡estoy loco!-, o me estabas rechazando la invitación. Sinembargo, desde entonces he sido un terco de primera, así que sugerí:
¡Vamos! Te invito a un lugar que te sorprenderá.
¡Estás loco, déjame dormir! — viendo hacia tu reloj.
Seguí insistiendo, y...