Trabajo

Amelia: tiene 40 años, está casada con Nicolás y tienen un hijo, Álvaro, de 5 años. Hace ya tres años empezaron a notar que algo ocurría con su pequeño, algo que le hacía ser diferente de los demás,pero no sabían que era.
Cuando la gente le llamaba no se volvía, ni sonreía a cualquiera que le hiciera una mueca graciosa, solo interactuaba con sus padres.
Llegaron a pensar que era sordo, peroesa idea no la veían muy creíble porque cuando encendían la tele en otro cuarto de casa y sonaban los anuncios el pequeño Álvaro iba corriendo. Le llegaron a hacer la prueba de los potencialesevocados y los oídos de Javier estaban perfectos.
Pasaron por varios pediatras que siempre les decían que no se preocupan que todavía estaba en una edad donde tarde o temprano hablaría. Los padres del niñoles decían que ellos no veían afectado solo el lenguaje, que era algo del comportamiento, que desde bebé vomitaba continuamente porque al tocar algo con una textura diferente le daban arcadas, queandaba de puntillas, (a día de hoy con 5 años lo sigue haciendo) no decía hola ni adiós con la manita, no conseguíamos que fijara la mirada al hablarle, no señalaba, se autolesionaba cuando le decíanalgo y un sin fin de cosas que al parecer era normal para su edad.
Amelia y Álvaro por motivos laborales tuvieron que cambiarse de ciudad y pensaron que a Álvaro le vendría bien ir a la guardería unashoras, cosa que a Amelia le daba pánico ya que veía que su hijo no era capaz de expresar si tenía sed, dolor,  etc…
Al mes de estar en la guardería, la directora y su profesora les confirmaron lo queya sabían, que algo ocurría con Álvaro. Les hablaron del Centro Base en Guadalajara, donde unos profesionales valorarían al niño y podrían ayudarle.
Tras valorarle les comunicaros que el niño eraautista y decidieron que necesitaba Logopedia y Psicomotricidad. Empezó en el Centro de Atención Temprana para el Trastorno del Espectro Autista, donde permaneció un año hasta que le pusieron ayudas en...