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. . . . . . . . . . . . LETRAS. . . . . . . . . . . . . . ..
letrillas, letrones

Mario Vargas Llosa

Sobre Bataille
Es la falta espíritu religioso un obstáculo para entender a BataiIle? Juan García Ponce piensa que sí, en el severo comentario que le merece mi prólogo a la traducción española de Historia de/ ojo (y que leo con varios meses de atraso). Tratándose del buen lector y mejorescritor de literatura que es García Ponce, su opinión importa y, aunque sea difícil compartirla, invita a la reflexión. sus textos creativos, novelas y poemas. en los que la falta de artificio con que han sido realizados les imprime, paradójicamente, un aire artificial en vez de la calidad de materiales genuinos y directos que Bataille ambicionaba para ellos. De otro lado, las experiencias -mejor,obsesiones- que transmiten son demasiado restrictivas y volcadas sobre sí mismas para constituir auténticas obras de arte. Es cierto que buena parte de la obra de Bataille está teñida de religiosidad, Es, sin embargo, el Bataille del penMe refiero al Bataille de La experiencia samiento ‘ateológico’ y las novelas el interior, que propone un misticismo sin que es hoy día reivindicado y promoviDios yexplica al hombre como el ser do en Francia, como se advierte leyendel no-saber, irracionalidad soberbia do los textos del Coloquio de Cerisy la que, a la vez que niega toda trascenSalle (Colección 10/18) dedicado a él o dencia y vida ultraterrena, encuentra en el volumen que le han consagrado Alain los ritos, gestos y (sobre todo) el vocaArnaud y Gisèle Excoffon-Lafarge en la bulario de lareligión -el sacrificio, el serie de Ecrivains de Toujours. E s t a éxtasis, lo sagrado, lo divino, la profaapropiación formalista de Bataille y la nación- su fundamento. Esta filosofía reducción de su obra a una retórica lin(Bataille. que no se consideraba un filógüística no tendría mayor importancia sofo sino “un santo, tal vez un loco”, la si no relegara al olvido o, incluso, adulllamó ateología) seasienta en un acto terase el otro aspecto de su obra, el que de fe: para ella es tan imperioso que precisamente podría en estos momenDios no exista como que exista para la tos prestar más servicios, en la indigende Santo Tomás. No hay duda que cia y confusión intelectual de nuestro quien se siente igualmente incapaz de tiempo. afirmar o negar la existencia divina y Pero, antes de referirme a él, unaúldesconfía de la explicación religiosa de tima observación sobre el Bataille de L a los hechos humanos difícilmente podría experiencia interior. No creo justo sosprofesarla. Este Bataille es el que metener que la única manera de entender nos me seduce y acaso lo comprendo sus ideas sea compartiéndolas. Si se mal. identifica creer y entender las posibilidaEste aspecto de su obra es, por lo desdel conocimiento se reducen y esdemás, intrincado, aunque tal vez no tragan y cuando así ha ocurrido -en tanto por su complejidad conceptual aquellos periodos de predominio del escomo por su pobreza estilística. Pobrepíritu religioso- las consecuencias han za deliberada: Bataille escribía ‘mal’ a sido funestas: oscurantismo, inquisipropósito. Nunca consideró la claridad ción, idolatría intelectual.De otro lado. expositiva una virtud: sostuvo, más la admiración que se convierte en devobien, que la literatura, es decir el cultivo ción acaba por ser simple beatería y esta actitud no parece la más adecuada para de la forma, traicionaba inevitablemenacercarse a Bataille que si en una verte el pensamiento y que por eso él pretiente era un místico ateo, en la otra era fería “ser poco inteligibleantes que ineun espíritu radicalmente libertario. xacto”. Esta convicción -que, por forEs ese Bataille el que me parece más tuna, no siempre respetó- hizo daño a valioso y exaltante: el que escribió La literatura y el mal. El erotismo, los ensayos sobre arte y sobre Gilles de Rais y -sobre todo- el autor de L a p a r t e maldita. A medida que se publican las Obras Completas, este Bataille laico...