trabajos
Por: EDITORIAL |
7:46 p.m. | 27 de Julio del 2013
El encomiable esfuerzo del Centro de Memoria Histórica por relatar más de un siglo de violencia debe difundirse en colegiosy universidades para que no se olvide nunca por lo que el país ha pasado, para que quede claro que no ha sido, de ninguna manera, una exageración.
La batalla por recobrar la memoria del conflictoarmado ha sido en Colombia la batalla por la justicia.
Resulta infructuoso contar una guerra cuando aún no ha terminado, pero, ante la indiferencia de la sociedad, la incapacidad de los tribunales y delos juzgados y la brutalidad escalofriante de los victimarios, y, sobre todo, frente a la posibilidad de acabar sepultados por un horror que no se acaba porque no se dice (“como nadie habla de lo quepasó, nada ha pasado”, dijo un sobreviviente de la masacre de Trujillo), la sociedad colombiana ha hallado una válvula de escape en la narración corajuda de las peores matanzas que se han llevado acabo en nuestro territorio en las seis décadas pasadas.
A la hora de contar una pesadilla que, de permanecer secreta, podría conducir a la nación, como a cualquier persona, a la locura, han sidofundamentales los periodistas, los escritores, los cineastas, los investigadores y los historiadores.
Pero a la cabeza de este movimiento de relatores de la barbarie que ha sucedido en este lugar delmundo habría que poner la labor inmejorable del Centro Nacional de Memoria Histórica, que dirige Gonzalo Sánchez.
El informe general que el Centro le entregó al Presidente de la República el pasadomiércoles 24 de julio –titulado, en nombre de todos los colombianos, ¡Basta ya!– no solo es un álbum que describe en detalle tanto la violencia bestial de los victimarios como la valentía sobrehumana de lasvíctimas, sino que, gracias a una monumental reconstrucción periodística, testimonial, interpretativa, fotográfica y estadística que hace de los hechos de la guerra de los últimos 54 años, está...
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