TRABAJOS

Zapata Casimiro Luis Alberto
Derecho a examen
Yo, Juan de Rivas de los Pérez el mejor de los navegantes y conquistadores, su más humilde servidor de Su Majestad y a la corona que representa, el más leal, de sus súbditos he de narrarles los hechos que he conocido a Su Majestad sobre las nuevas tierras que hemos encontrado y que conquistaremos.
En el año de Nuestro Señor de 1517 al tercer mesa los diez días, por la venia de Su Majestad Católica, don Carlos I por la gracia de Dios Rey de Romanos Emperador Semper Augusto, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilia, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islasde Canaria, de las Indias islas y tierra firme del Mar Oceano, Condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas e de Neopatria, Condes de Ruiseñor de Cerdenia, Marques de Oristan e de Gorciano, Archiduques de Austria, Duques de Borgoña de Bravante.
Cuando salimos de Cuba, después de haber hablado con el gobernador, el gran hidalgo don Diego de Velázquez. Estuvimosnavegando aventuradamente por las grandes y azules aguas del mar inmenso llevándonos hacia donde se ponía el Sol, sin saber lo que nos esperaba, hasta que pasados treinta y cinco días en donde las olas del mar nos llevaba de un lugar a otro desde que salimos de Cuba, finalmente se abrió ante nuestros ojos se abrió un horizonte, unas tierra jamás vista, y dimos gracias a Dios por haber encontrado tierra.Después de haber viajado tantos o muchos días sobre el inmenso mar. Desde nuestros barcos divisamos un gran pueblo al que nombramos Gran Cairo, mismo que admirados y de los cuales nos sentimos hipnotizados por su gran belleza no vi venir que desde las costas a cinco barquillos que venían hacia el nuestro. Dichos barquillos parecían hechos de madera y podían llegar a caber 50 indios dentro. Cuandofinalmente llegaron a nuestro encuentro, me pude comunicar con ellos a señas indicándoles que veníamos en son de paz, estos indios al parecer nos comprendieron acercándose sin temor y hasta nos aceptaron que les diéramos casabe y tocino y bebidas exóticas que desconocíamos pero que son deliciosas y que jamás habíamos probado; luego de esto me dijeron en su lengua que volverían a sus tierras y quepara mañana ellos traerían más barquillos para que pudiésemos anclar en tierra. Dichos indios venían vestidos con unos trapos de algodón al que ellos le llamaban “mastates”.
Al otro día por la mañana vino un indio a nuestro navío trayendo consigo doce canoas, y en hablándonos en su idioma y con señas nos hizo entender que fuésemos con él porque nos querían recibir en su pueblo en paz. Elcacique nos guió hasta su pueblo. Se divisaban pequeñas casitas que en la entrada tenían estatuas de horribles demonios y otras malas figurillas; y además tenían grabados de símbolos demoniacos y altares a ídolos con gestos diabólicos, y también en estos altares se veía un centenal de oro. Plugo a Dios nuestro señor por haber encontrado tan magníficas tierras; luego de que el cacique nos llevara hastaese pueblo la gente se puso de una manera salvaje y nos empezó a atacar con flechas, arcos, y piedras; cinco de nosotros salieron heridos, pero como nosotros logramos traer del barco las escopetas pudimos darle muerte a 15 de ellos pero salimos rápidamente hacia la verde selva enramada. Al caminar hacia la misma dirección en donde se ponía el sol vide muchos pueblos en donde los indios tenían grancantidad de objetos valiosos, que al parecer guardaban como tributo a su gobernante; esto lo supimos porque encontramos a un hidalgo español naufragado mucho se a avecinado de nombre Gonzalo Guerrero, quien se convirtió en nuestro intérprete siendo de mucha utilidad, él y una mujer nativa muy hermosa llamada “Malinche” que fue obsequiada por los nativos al Capitán. A pesar de superarnos los...