trabajos
E. V. Iliénkov
De esto a nadie le cabe la menor duda. Mucho más, cada pedagogo dirá: ¿cada uno puede
responder qué significa esto? ¿Qué significa pensar y qué es el pensamiento? La pregunta está
lejos de ser sencilla y, en determinado sentido, es capciosa.
Con mucha frecuencia confundimos el desarrollo de la capacidad de pensar y el proceso de
adquisiciónde los conocimientos establecidos por los programas. Y estos dos procesos, sin
embargo, no coinciden automáticamente, aunque son imposibles uno sin el otro. “El mucho saber
no enseña inteligencia”. Esta idea, expresada hace más de dos milenios, por el sabio Heráclito de
Éfeso, no ha envejecido hoy día.
La inteligencia o la capacidad, la habilidad de pensar, el “mucho conocimiento” por símismo, en
la realidad no la enseña. ¿Y qué es lo que enseña? ¿Y, en general, se puede enseñar la
inteligencia, aprenderla?
Está lejos de carecer de fundamento la opinión de acuerdo con la cual la inteligencia, la
capacidad de pensar, el “talento” viene de “Dios” y en una terminología más ilustrada “de la
Naturaleza”; del padre y la madre. En realidad, ¿se puede inculcar en el hombre lainteligencia en
forma de sistema de reglas exactamente elaboradas, de esquemas, de operaciones; resumiendo: en
forma de lógica?
Hay que reconocer que no se puede. Es conocido que las mejores reglas y recetas, cuando caen en
una cabeza tonta, no hacen a esta cabeza más inteligente, en cambio, ellas de transforman en un
absurdo.
El filósofo Immanuel Kant escribió que “La escuela puede sólo dar unrazonamiento limitado,
algo así como meter en él todas las reglas logradas por la comprensión ajena, pero la capacidad
de utilizarlas correctamente debe pertenecer al propio educando y en caso de carencia de este don
natural ninguna regla puede asegurar su correcta utilización. La insuficiencia de la capacidad de
juicio es propiamente aquello que llaman tontería; contra esta insuficiencia no haymedicina”.
Aparentemente justo. Lenin, muy compasivamente, como “gracioso”, citó el planteamiento deHegel acerca del “prejuicio” de que la lógica enseña a pensar: “esto se parece a si dijeran que
gracias al estudio de la anatomía y la fisiología nosotros aprendemos por primera vez a digerir el
alimento y a movernos.”
Pero, ¿cómo hacer en este caso con el llamamiento publicado en calidad de títulodel artículo?
¿No demuestra el propio autor que realizar esta consigna es imposible, que la inteligencia es un
“don natural” y no una habilidad adquirida?
Esto no es así. Es cierto que la capacidad, la habilidad de pensar es imposible “meterla”,
convertirla en una suma de reglas, de recetas; como se dice ahora: de algoritmos se puede
“meter” en su cabeza sólo una inteligencia de unacomputadora, pero no la inteligencia de un
matemático.
Las consideraciones expuestas al comienzo del artículo, con todo, no agotan la posición del
filósofo idealista Kant en relación con la inteligencia, mucho menos la posición materialista. Es
falso que la inteligencia sea un “don natural”. El hombre sólo le debe a la naturaleza el cerebro, el
órgano del pensamiento: la capacidad de pensar con ayudade este cerebro, no solo se desarrolla,
se perfecciona, sino que surge sólo junto con el contacto del hombre con la cultura general de la
humanidad, con los conocimientos, como la capacidad de andar en dos pies que el hombre no
posee de la naturaleza. Esta es una habilidad como todas las capacidades humanas restantes.
Cierto que el andar erguido es fácil de enseñar por cualquier madre, peroutilizar el cerebro para
pensar no sabe enseñarlo cada pedagogo profesional, aunque éste tiene un conjunto de ayudantes:
al pensamiento del pequeño le enseña toda su vida circundante.
Las representaciones acerca del surgimiento innato, natural, de la capacidad (o incapacidad) de
pensar es sólo una cortina que oculta al pedagogo intelectualmente haragán aquellas situaciones y
condiciones...
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