TRABAJOSY ESCRITOS SOBRE SEXUALIDAD
Me propongo exponer en las páginas siguientes ciertos resultados de la investigación psicoanalítica que tendrían suma importancia si se pudiese demostrar su vigencia general. Siendo así, ¿por qué no pospongosu publicación hasta que una experiencia más copiosa me haya suministrado esa prueba necesaria, si es que ella es alcanzable? Simplemente porque las condiciones en las cuales se desenvuelve mi labor han experimentado una modificación, cuyas implicaciones no puedo seguir ocultando. Tiempo atrás, yo no era de aquellos que se sienten incapaces de retener para sí un supuesto descubrimiento hastahaber llegado a confirmarlo o a corregirlo. Así, mi Interpretación de los sueños (1900) y mi Análisis fragmentario de una histeria (el caso de Dora) (1905) fueron mantenidos por mí en secreto, si bien no durante los nueve años aconsejados por Horacio, por lo menos durante cuatro o cinco, hasta que por fin los entregué al público. En aquellos días, empero, el tiempo se extendía sin límites ante mí-oceans of time, como ha dicho un amable poeta-, y el material de observación acudía a mí con riqueza tal que me era difícil rehuir el impacto de las nuevas experiencias. Además, yo era entonces el único laborador en un terreno virgen, de modo que mi reticencia no significaba ningún riesgo para mí ni perjuicio alguno para los demás.
Todo eso ha cambiado ahora. El tiempo que me queda es limitado y yano se halla totalmente ocupado por el trabajo, de modo que las oportunidades de efectuar nuevas observaciones no son ya tan numerosas. Cuando creo advertir algo nuevo no tengo la certeza de poder aguardar su confirmación. Por otra parte, cuando flotaba en la superficie ya ha sido decantado, y lo que resta ha de ser laboriosamente recogido buceando en las profundidades. Por fin ya no estoy solo:una pléyade de afanosos colaboradores está dispuesta a aprovechar aun lo inconcluso y lo dudoso, de modo que bien puedo cederles una parte de la labor que en otras circunstancias habría concluido yo mismo. Así, me siento justificado en esta ocasión al comunicar algo qué requiere urgente verificación, antes de que sea posible decidir respecto de su valor o su insignificancia.
Cuando estudiamos lasprimeras conformaciones psíquicas que la vida sexual adopta en el niño, siempre hemos tomado al del sexo masculino, al pequeño varón, como objeto de nuestras investigaciones. Suponíamos que en la niña las cosas debían ser análogas, aunque admitíamos que de una u otra manera debían ser también un tanto distintas. No alcanzábamos a establecer en qué punto del desarrollo radicaría dicha diferencia....
Regístrate para leer el documento completo.