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LIMITES CONSTITUCIONALES DEL PRINCIPIO DE LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD PRIVADA.

Cada acción desplegada por la persona, la conducta humana, constituye una manifestación del principio de la autonomía de la voluntad privada, en cuanto esta es razón, de la creación, modificación trasmisión o extinción de un derecho subjetivo o un estado o situación. Es decir la manifestación de voluntad o lo queequivale a decir, la declarativa autónoma de lo que se decide de lo que se quiere; es la máxima expresión de un conjunto de principios que obedecen a uno de mayor preeminencia; la autonomía. Este principio corresponde al origen, al centro de gravedad, al elemento constitutivo de una serie de actos jurídicos, que en su mayor extensión, son la encarnación de la libertad y la voluntad: elnegocio jurídico, y en concreto a la figura legal del contrato. Sin embargo dicha declarativa de voluntad es de carácter privado, asumiendo con ello su límite con las expresiones de voluntad que en el derecho pudiesen encontrarse1.
Así, el principio de la voluntad privada, se manifiesta como la figura que encarna el máximo elemento en el derecho privado, de acción jurídica, la libertad humana. Enese sentido, en el espectro contractual, sustenta la existencia de toda obligación, en cuanto esta no puede imponerse, en principio si ello no obedece a una declarativa de voluntad o si no corresponde a una expresión autónoma de decidir por qué aspecto, en el escenario de la libertad contractual, seria promisorio o benéfico realizar la escogencia, se reitera, en el origen de una obligación ytodo lo que ello implica.
En esto la persona es completamente autónoma, en el marco de las disposiciones legales y constitucionales, así como pilar del Estado de Derecho, para determinar en términos generales, cada aspecto que compone el negocio jurídico válidamente constituido, y de ser requerido bajo las determinaciones que el legislador imponga para que se le atribuya los efectos jurídicosdeseados en lo que respecta a cuestiones de forma. La expresión de voluntad, es como se ha enunciado, la pieza fundamental de toda la maquinaria jurídica en torno a la realización de contratos o negocios jurídicos, en ello se fundamenta el estatuto ontológico del Negocio jurídico, entendiendo este como ese conjunto de normas que el particular se da así mismo donde ellas corresponden al productode un ejercicio racional (equivale a decir autónomo en principio) y materializan el ánimo de contraer cualquier tipo de obligación y ser así mismo, titular de derechos.
Cabe aclarar que los supuestos de la teoría, inicialmente, recurrían a conceptos des obligantes y donde la regulación jurídica optaba por el rol de espectador, y suponía, su eventual intervención, en el real cumplimento delnegocio que se suscita a la manifestación de voluntad en concreto, en cuanto esta figura correspondía fundamentalmente al modelo liberal, donde la intervención estatal, se veía seriamente limitada. De entrada hay que decir que dichas disposiciones no son otra cosa que una libertad absoluta, y se sometía, al principio de la racionalidad que evocaba la voluntad de los contratantes, y ello significaba deentrada todos los presupuestos, que esta corriente ideológica puede representar.
No siendo así una figura a la que valoraciones de juicio pudieran desvirtuar, dada el imperativo categórico al que representa: la libertad. Fue el devenir histórico quien atribuyo, a la mencionada figura la relevancia que la misma, posee, cuyo ejercicio supuso a partir del siglo xix una prodigiosa atribución, alos derechos fundamentales en principio, desde la esfera privada. Ello no significa, que las malversaciones, generadas de la praxis nacida de su ejercicio, y que obedecen en mayor grado a conductas eminentemente económicas, sean en teoría, producto de su formulación, sino, de las indómitas desigualdades a que tienen lugar, en la sociedad, y la composición de la misma, como negocios jurídicos2...